Las tres zonas de marisqueo del fondo de la ría ya han cumplido tres meses de actividad ininterrumpida desde los últimos episodios de toxina, a principios del mes de julio. El sector confía en que se mantenga esta buena racha algunos meses más, como ya ocurrió el pasado año.

Lo mismo ocurre con los polígonos mejilloneros de la costa de Poio, abiertos desde finales de septiembre. Todos esperan que no haya más cierres que se sumen a los ya acumulados durante los meses anteriores.

Los bancos de marisqueo acumulan este año entre 17 y 93 días de clausura, en función de las zonas, siendo las más castigadas las más próximas a la desembocadura del Lérez. De hecho, la zona V, con 93 días, ya suma este año más días de cierre que en 2016, que fueron 85. Los polígonos de bateas acumulan entre 137 y 172 días sin actividad.