Dieciseis años lleva Pontevedra y toda su área sanitaria esperando por un nuevo hospital. Allá por el año 2000, la Xunta presidida por Manuel Fraga realizaba las primeras promesas para dotar a la población de la ciudad del Lérez y de buena parte del norte de la provincia de un hospital único de referencia. Una promesa que se concretó en 2008, durante los últimos días del gobierno bipartito, un ejecutivo que también retrasó inexplicablemente el proyecto. La promesa llegó en forma de ampliación del actual centro de Montecelo. Se hablaba por fin de fechas para que los pontevedreses contasen con su flamante nuevo hospital: el año 2014.

Y en estas estábamos cuando se produjo un nuevo cambio de gobierno en Galicia. El PP, con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza, tomó las riendas de la Xunta y dio un giro a la planificación de las infraestructuras sanitarias previstas para Pontevedra. Nadie dudaba de que el área sanitaria necesitaba un nuevo hospital de referencia, pero decidían descartar la ampliación de Montecelo y apostar por la construcción de un nuevo centro. Un hospital con financiación público-privada aunque con gestión "totalmente pública", insistían en todo momento. Era el año 2009 cuando se comunicaba al Concello que la ubicación elegida eran los montes de Marcón. El gobierno local se opuso al proyecto. Muchos colectivos vecinales y profesionales sanitarios también. Además del modelo de financiación elegido, alegaban que, tras años de espera, suponía empezar de cero con la tramitación del proyecto. Desde el gobierno autonómico se insistió en que no iba a haber más retrasos. El propio Feijóo reiteró en varias ocasiones que el hospital estaría listo en 2014. "Los plazos de ejecución no serán superiores a los propuestos en su día para la ampliación del actual Montecelo, 66 meses", proclamó. Insistió en ello en la presentación del diseño del nuevo hospital, ante una maqueta del futuro centro en 2010. Pero los años fueron pasando y el proyecto no se concretaba, en medio de una feroz oposición del Concello.

"Un parche"

Pese a la insistencia del Concello, la Xunta renegaba de la ampliación de Montecelo. Sería más cara que construir el nuevo hospital y además obligaría a compaginar las obras con la atención a los pacientes, decían. Y sobre todo se esgrimía que la ampliación quedaría obsoleta a corto plazo. Hace apenas cinco meses, el gerente del CHOP, José Manuel González, todavía insistía en esta idea: Ampliar Montecelo sería "un parche", dijo.

Solo un mes más tarde, el nuevo conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, dejaba en el aire siete años de apuesta firme del PP por el hospital de Monte Carrasco y abogaba por "escuchar a todos" antes de decidir. La posibilidad de ampliar Montecelo, antes denostada, resucitaba. Esta semana Pontevedra retrocederá a 2009 en lo que al diseño de sus infraestructuras sanitarias se refiere. El conselleiro se reunirá con el alcalde Lores para plantear un "proyecto novedoso", según Sanidade, basado en un "aprovechamiento y ampliación" del actual Montecelo. Una propuesta que tampoco descarta Monte Carrasco, dicen. En definitiva, un viaje en el tiempo a siete años atrás.