La humedad y los microorganismos atacan a muchos de los elementos de madera del inmueble y el estado de deterioro aumenta cada año como se puede apreciar en algunas de las ventanas exteriores. En el interior también existen zócalos de madera y otros elementos ornamentales que corren peligro si no se actúa. Algunos de los muebles del edificio acabaron en el Museo de Pontevedra, según se publicó en el pasado.