El gobierno local sostiene, frente a las dudas de la oposición, que el nuevo modelo "está muy pensado" y "ya no tiene marcha atrás", hasta el punto de que ya se ha encargado a los servicios técnicos la "sectorización" del municipio para determinar en qué zonas se impondrían los composteros individuales en las casas, qué barrios contarían con composteros colectivos y dónde se mantendría la recogida en camiones. Este reparto es complejo ya que hay áreas del rural equiparables a la ciudad, por su cercanía al casco urbano. Además, está ya en marcha la modificación del actual reglamento del servicio.

En todo caso, el gobierno local admite que la clave de esta "revolución" en el sistema de residuos sólidos urbanos es la "participación de los vecinos" y un "alto nivel de responsabilidad y compromiso por parte del Concello y de la sociedad", una unidad de acción que no parece tal a la vista de la reacción de la oposición.

Los estudios que elaboran ya los técnicos municipales incluirán un censo de los denominados "grandes productores" y "productores singulares" de materia orgánica, como supermercados, almacenes, comedores y otras instalaciones similares. También se pretende implicare de forma notable a la hostelería, mientras que, paralelamente, se tratan de resolver cuestiones pendientes como la recogida de materiales como muebles, electrodomésticos, pilas, fluorescentes, barnices o pañales.