La adaptación a España, su cultura y su idioma es uno de los objetivos de los programas para inmigrantes que la Cruz Roja tiene en marcha en Pontevedra y que ahora, durante el verano, se han dado un descanso. Entre estas actividades se incluyen las clases de español, que se iniciarán en el mes de octubre de la mano de 14 voluntarios.

En la víspera del Día Internacional de la Alfabetización, que se celebra hoy, la ONG recuerda que la finalidad de su trabajo es ayudar a los inmigrantes a integrarse y orientarles lo máximo posible en la búsqueda activa de empleo.

El programa "Integración de inmigrantes", que subvenciona el IRPF, incluye, entre otros, el curso de español, que, según Pilar Méndez, coordinadora provincial de Cruz Roja Pontevedra, "incide en el conocimiento de nuestro idioma", un conocimiento básico que ayuda a las personas llegadas de otros países a desenvolverse en situaciones simples "como saber dirigirse a las personas en una tienda y pedir lo que se desea, preguntar el nombre de una calle..."

"Nos esforzamos en el nivel relacional y también pensando en gestiones que para nosotros parecen muy simples, pero que para ellos tienen una gran importancia, como la renovación de la tarjeta de residente o acudir al ayuntamiento a pedir un documento para el censo", explica.

Estas clases son solo el inicio para salir al paso en sus primeros meses en España, según la ONG, ya que después cada uno de los inmigrantes mejora por su cuenta en el día a día al relacionarse con otras personas de un país al que las dificultades políticas o económicas le han traído.

Al curso de español que se imparte en las instalaciones de Cruz Roja de Pontevedra asisten este año 79 personas de las 191 que se encuentran inscritas en el programa de integración de inmigrantes. Este elevado número hace que los voluntarios den clases en horario de mañana y de tarde.

"La gran mayoría de los alumnos ya tienen una formación muy completa en sus países, por lo que las dificultades con las que se encuentran son las mismas con las que un español medio se tendría que enfrentar en otro estado", afirma Méndez, que subraya que es una alfabetización en un idioma extranjero. "Muchas veces son licenciados en sus países de origen".

Estas clases se complementan con otras actividades, como el día de las Cocinas del Mundo, en la que se intercambian recetas, o las jornadas en las que se comparten experiencias y costumbres para conocerse mejor entre ellos. Además, los interesados también pueden adquirir conocimientos en informática y reciben pautas para crear sus propios curriculum vitae y buscar trabajo.

Los 14 voluntarios que se encargan de iniciar a los inmigrantes en el español mantienen una reunión previa con el técnico del programa, en la que hablan de objetivos, ejercicios y material adecuado. Periódicamente, se vuelven a reunir para hablar de avances o problemas.

Todos los alumnos son adultos, ya que los niños, asegura Pilar Méndez, "son como esponjas y no necesitan estas clases". Es más, asegura la coordinadora de Cruz Roja Pontevedra, ellos terminan ayudando a sus padres en la mayoría de los casos.