"Me encanta la nutrición, la gente guerrera, puedes aportar mucho y cocinas bien". Con esa frase definía el cocinero y jurado de Masterchef, Jordi Cruz, a la caldense Lidia Folgar. La graduada en nutrición humana y que actualmente regenta una consulta de alimentación y salud en Caldas pasó de ser aspirante a concursante del talent show de cocina de TVE. La caldense llega a Masterchef con una sorpresa bajo el brazo. Durante las pruebas de selección del programa se enteró de que estaba embarazada.
A Lidia le preocupa mucho el punto de vista nutricional de la gastronomía. Acostumbrada a cocinar siempre con productos ecológicos de su propia huerta, se apuntó a demostrar lo su valía en los fogones y a que la cocina saludable no está reñida con la cocina menos sabrosa. "Partes de un concepto erróneo, de que comer sano no es disfrutar", le espetó al cocinero Pepe Rodríguez, miembro del jurado, cuando se estaba jugando su presencia en el programa.
Se describe a sí misma como una persona "luchadora, exigente y muy honesta" y en su vídeo de presentación destaca que espera que su participación en el programa le ayude a recibir una formación que le permita "hablar con propiedad de la cocina". Se presenta como una mujer directa, competitiva y perfeccionista y a la que la diplomacia no se encuentra entre sus virtudes. "Tiene las cosas claras y es muy sincera, lo demostró en el programa enfrentándose al jurado, pero así es ella", señalan desde Caldas.
Fiel a su estilo, como buena dietista-nutricionistas, controla las calorías de su plato. Su propuesta para poder entrar en la prueba final del concurso fue un claro ejemplo. Su plato fue una receta que llevaba pollo (el producto que debería utilizar obligatoriamente) llevaba era, en palabras de la propia concursante, "rico en fibra, minerales y grasas polisaturadas, ideal para personas con colesterol elevado, estreñimiento u obesidad".
La descripción del plato causó efecto en Pepe Rodríguez, conocido en el programa por su afición al buen comer. "Cuando venga ese bebé en camino, ¿le vas a tratar así de estricto? Que si no les vas a dar un bocadillo de chorizo", indicó el cocinero toledano. Lidia le explicó que en la despensa de su casa no entra ni el chorizo ni el chocolate, una afirmación que provocó un debate entre ambos. "Mi hija no va a echar de menos el chorizo si en su casa nunca lo hubo", indicó. "Una cosa es lo que haga yo todos los días en mi casa y otra cuando voy a cocinar fuera o a casa de unos amigos", zanjaba Lidia la discusión, coincidiendo con Pepe que indicó que "esa es la clave, nosotros cocinamos de una forma hedonista porque quiero que vengas a mi casa a disfrutar".
Pese al final del debate en el que ambos coincidieron, a su manera, Pepe Rodríguez voto "no" a la presencia de la caldense en el programa. En el otro lado de la balanza se situó Jordi Cruz, conocido defensor en el programa de las personas de carácter y que destacó el valor de Lidia a la hora de defender su plato y su estilo de entender la cocina. La que decidió fue la tercera jueza, Samantha Vallejo-Nágera, que apostó por que la caldense siguiera en el programa. Posteriormente se sumó a los treinta que cocinaron el último plato, siendo una de las quince seleccionadas.
Reacción en Caldas
La sorpresa del concurso de Lidia no se hicieron esperar en su pueblo natal, donde pronto se sumaron los apoyos al Facebook de la concursante. "Lo del chorizo y el chocolate está quitado de contexto, ella no es partidaria de quitar productos en las dietas", apuntan. Sobre los posibles platos "estrella" de Lidia no hoy consenso entre sus conocidos. "Le gusta probar cosas buenas, ricas y saludables y le gusta experimentar con ingredientes nuevos", indican.
Lidia dejó en 2004 su carrera de Biología y realizó un curso de aeróbic donde había una asignatura de nutrición. Tras graduarse en nutrición humana y dietética y especializarse en Nutrición en el Deporte y en Nutrición Pediátrica, estuvo trabajando en los hospitales Clínico Universitario de Santiago y en Provincial de Conxo adaptando menús.
