Son 164 en toda Galicia (146 ejemplares y 18 formaciones singulares) y 16 de ellas se ubican en la comarca. Diez en Pontevedra, tres en Caldas, uno en A Lama, otro en Poio y otra más en Cuntis. El municipio caldense cuenta con una araucaria de Brasil y una cunninghamia en su parque jardín, y la Carballeira como conjunto a proteger. En Poio se incluyen en el catálogo los metrosideros de la Quinta de Besada, mientras que A Lama presume de su emblemático Carballo do Viño de O Pelete. En Cuntis se censa el Sobreiral de Magán, en Estacas.

Por su parte, los diez ejemplares de Pontevedra sitúan a la ciudad del Lérez entre las que acumulan más tesoros vivos de este tipo, equiparado a Padrón y por delante de las demás urbes gallegas. Municipios como Redondela, A Estrada, Vigo o Santiago también cuentan con un interesante catálogo, pero por debajo de Pontevedra, que se ve beneficiada en este aspecto por la riqueza vegetal del parque de Lourizán. En ese enclave ideado por Montero Ríos se conserva un cedro del Líbano, una metasecuoya, una abeleira, una criptomeria japonesa, una secuoya roja, una sófora japonesa y la formación de castaños japoneses y chinos. Con esta nómina, la ciudad del Lérez ya estaría entre las que albergan mejores ejemplares. Pero aún suma otros tres árboles arraigados en la historia gallega. El primero de ellos es el Carballo de Santa Margarita y la lista se completa con los cedros del Himalaya de los jardines de Vincenti y la araucaria de Carballeira.

El nuevo catálogo de árboles singulares modifica en parte sus criterios de selección y establece que un comité especial será en encargado de proponer la inclusión o retirada de los ejemplares, así como "informar los diferentes planes de gestión que se elaboren para cada uno de los ejemplares y formaciones catalogadas" y, sobre todo, "aconsejar sobre las medidas de conservación e informar de los diferentes tratamientos fitosanitarios que se lleven a cabo", un apartado muy necesario en especial en el Carballo de Santa Margarita.