Josefa Villanueva Carballa tenía 10 años la primera vez que acudió a mariscar. "Era salir de la escuela e ir para la playa, aún no podía con el sachiño", reconoce la veterana profesional, que ayer disfrutó con su familia del homenaje que le tributaron los vecinos de Campelo y en general los participantes en la Festa da Ameixa.

La cita gastronómica dio comienzo el pasado sábado, si bien ayer vivió su "día grande". En ambas jornadas se hizo sentir la competencia de la playa, según el primer balance que hizo pública la organización.

Un año más, la fiesta tuvo lugar en la plaza de A Granxa bajo una carpa, en la que los participantes pudieron degustar las raciones de almejas, preparadas a la marinera, acompañadas de fideos o de alubias.

"Hoy hay mucha gente pero ayer la afluencia fue menor, al estar el tiempo bueno no vienen tantos", reconoce la organización. Ésta incide en que este fin de semana de julio "ha sido el primero realmente bueno de verano y la gente esperaba mucho los días de playa", algo que se ha hecho sentir en la cita gastronómica.

Cuatro cocineros prepararon en los fogones de la cercana Escuela Infantil de Campelo, en un trabajo que se prolongó desde primera hora del pasado sábado y al que también contribuyeron numerosos trabajadores municipales con la venta de tickets, el servicio de las raciones etc.

Superada en el último momento la amenaza de la toxina, el sector del marisquero quiso reunirse en un año que ha sido especialmente difícil por el cierre de los bancos marisqueros para rendir homenaje a dos veteranas profesionales, Josefa Villanueva Carballa y Carmen Villaverde Muñiz. Ambas acumulan más de un siglo de trabajo en la "ribeira".

En el caso de Carmen Villanueva, acudió por primera vez a la playa con su madre y hermanos. "Íbamos", recuerda, "a Campelo, Combarro y Placeres, ahora hay un carné pero antes no, yo toda la vida he sido mariscadora, fue el oficio que tuve".

En septiembre del pasado año se jubiló y se felicitó por un homenaje que, subraya, significa un signo de respeto a su oficio: "Antes ni se nos reconocía, hoy por los menos nos reconocen", afirma.

El homenaje a las mariscadoras y las degustaciones se completaron con la inauguración en la plaza de A Granxa de la estatua de la Virxe do Carme, patrona de los marineros.

El alcalde de Poio, Luciano Sobral, encabezó el acto, que significó el debut oficial de una obra que ha supuesto para las arcas municipales un desembolso de 4.500 euros. La obra representa la imagen de la santa sobre una almeja, uno de los productos gastronómicos más apreciados de la ría de Pontevedra.