María Biempica es desde ayer concejala no adscrita del Concello de Pontevedra. Su marcha definitiva del grupo municipal popular y temporal del PP, se debe a "una incompatibilidad total" con el actual portavoz, Jacobo Moreira, un argumento casi idéntico al que esgrimieron en diciembre de 2012 los otros tres ediles que entonces abandonaron la corporación. "Tengo la conciencia muy tranquila porque la situación era insostenible con Moreira. Cada vez que iba a una reunión del grupo lo hacía con un nudo en el estómago", explicó ayer. "Lo único que pedí a mis compañeros fue respeto, pero no me siento respetada ni respaldada", por eso deja el PP, pero no la corporación: "Yo vine aquí a trabajar por la ciudad y no se me dejó. Espera hacerlo a partir de ahora", justifica.

-Usted formó parte del grupo de concejales "díscolos" que se opuso al actual portavoz en 2012. Tres de ellos dimitieron entonces, pero usted ha aguantado un año más. ¿Por qué?

-En aquel momento los representantes del partido entendieron mi situación y me pidieron que aguantara, que todo se arreglaría. Pero nadie ha hecho nada por cambiar una situación que se ha convertido en insostenible porque no se dan los mecanismos para trabajar por la ciudad. Moreira no me lo permite y cada vez que abro la boca hay confrontación.

-Pero al contrario que sus compañeros, que entregaron su acta, usted continuará como concejala al margen del grupo.

-Mi sueño de ser concejala se cumplió y lo que quería era aportar algo a esta ciudad. Desde hace meses recibo muestras diarias de apoyo en Pontevedra, de gente que conozco pero también de desconocidos y por eso continuaré en la corporación, para hacer algo por mi ciudad. No estaba cómoda en el grupo, pero sí como concejal.

-¿Ha hablado con su portavoz? ¿Ha recibido presiones o peticiones para que entregue el acta?

-Yo me voy porque está Jacobo Moreira, y no tengo que darle explicaciones a él. No me tiene en cuenta, no de da cuenta de nada y yo tampoco. Yo he comunicado mi decisión al PP provincial y nadie me ha llamado. Les debo desconcertar un poco porque nunca me han llamado, ni ahora, ni cuando el voto por la ley del aborto. La mayor presión que podría recibir es que me expulsen del partido. Me daría pena, pero habría que seguir adelante.

-Aunque sus discrepancias con el portavoz vienen de lejos, el detonante fue su ruptura de la disciplina de partido al votar con el BNG y el PSOE contra la reforma de la ley del aborto.

-Desde aquel día (el 19 de febrero pasado) el ambiente es de permanentes reproches hacia mi. Cada vez que iba a una reunión del grupo lo hacía con un nudo en el estómago y no tengo por qué aguantar eso. He sacrificado mi vida personal por el partido y no estoy pidiendo que me lo agradezcan, pero si respeto.

-¿Y no lo recibe?

-En absoluto, por parte de Moreira, que no se toma en serio la opinión de las mujeres, o al menos la mía. Su gestión es totalitaria y retrógrada y creo que me merezco un trato más digno.

-Al margen del portavoz, dice que sí se siente apoyada por otros representantes del partido en la provincia o en Galicia. ¿Eso podría significar que Moreira no cuenta con el pleno apoyo del partido en su intento de ser el candidato a la Alcaldía en 2015?

-Tengo esa impresión, pero no yo doy este paso para imponer a otro candidato o forzar un cambio. Creo que hay gente que no apoya al portavoz pero yo me voy porque su falta de respeto a mi dignidad y a mi persona.