El palco de la Alameda acogió ayer la ceremonia de imposición de capas a los nuevos cofrades de la Orden de la Cigala. Bajo la atenta mirada de numerosos vecinos y turistas, así como de las autoridades municipales y de los demás cofrades, se dio la bienvenida a seis nuevos miembros de la cofradía: Juan Luis Sobrino Pérez-Crespo, director de la Escuela Naval Militar; Agustín Sabino Rodríguez Sanjorge, empresario marinense; Jesús López Mouriz, empresario en Cataluña; Luís Martínez Gil, propietario del restaurante Bahía de Chapela; Antonio Vaz Anta, expolicía nacional; y Alfonso Benito Pérez Martínez, exconsejero de Autoridad Portuaria de Vigo.

Los nuevos cofrades fueron elegidos por su estrecha relación con la villa, además de su compromiso para proteger y potenciar el consumo de la cigala de Marín.

La ceremonia comenzó a las 13.00 horas del mediodía con un pregón pronunciado por Amancio Blanco Martínez, caballero de la Orden, en el que el orgullo por pertenecer a la cofradía y la exaltación de las propiedades nutritivas de la cigala fueron los temas principales de la alocución.

A continuación tomó la palabra, el presidente de la Orden de la Cigala, Antonio Reguera, que animó a todos los allí presentes a disfrutar la cigala marinense en cualquier lugar del mundo. También quiso agradecer la colaboración de los nuevos cofrades. Por su parte, Enrique Rodríguez, impulsor de la fiesta gastronómica, quiso dedicar el evento a todos los marineros y rederos, que fueron los creadores de los aparejos que permiten la captura del valioso crustáceo.

El acto continuó con la imposición de capas a los nuevos cofrades, diversas autoridades municipales y veteranos cofrades, como María Ramallo o Manuel Nores, tuvieron el honor de dar la bienvenida a los nuevos miembros. El acto concluyó con un discurso por parte del nuevo cofrade más especial, el director de la Escuela Naval Juan Luis Sobrino, que afirmó que la institución a la que representa forma parte de Marín y agradece a las Autoridades que cuenten con la Escuela Naval para participar en todo tipo de eventos culturales.

Por último María Ramallo definió a la cigala de Marín como un símbolo de distinción turístico al que hay que proteger y potenciar.