El equipo de gobierno de Lores&Louro debía velar un poco más por las conductas cívicas y pronunciarse sin complejos contra el vandalismo sin ton ni son que estropea o afea ese proyecto de ciudad del que tanto presumen con unos fundamentos más que cuestionables. No digo que el Ayuntamiento tenga la obligación de sustituir a la escuela o a la familia con cursos de urbanidad. Pero un pronunciamiento de vez en cuando por parte de nuestros munícipes contra esos graffitis absurdos y esos destrozos injustificados que tanto se repiten en los últimos días no estaría nada mal, no ya por higiene física, sino también mental. El meollo de la cuestión está en saber cuanto cuestan a los pontevedreses cada año todas estas agresiones salvajes a nuestro patrimonio común y a cuantas personas se identifican por estos hechos punibles.