El vecino de Pontevedra de 29 años de edad, P. P.L., acusado de tirar a otro hombre desde un balcón cuando discutían en una casa de Tomeza el 29 de marzo del pasado año, ha sido condenado por la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra a una pena de dos años de prisión como autor de un delito de lesiones con deformidad. Además, deberá indemnizar a la víctima con seis mil euros por la lesiones sufridas –tuvo que permanecer 53 días hospitalizado– y otros seis mil por las secuelas.

El tribunal absuelve al procesado natural de Vilaboa pero con domicilio en la capital, del delito de homicidio en grado de tentativa que le imputaba la acusación particular, quien solicitaba una pena de 8 años de prisión. Por su parte, el fiscal reclamaba una condena de cuatro años por el delito de lesiones. El tribunal aplicó al acusado la eximente incompleta de legítima defensa ya que, aunque inicialmente los magistrados de la Sección Cuarta aceptan que el acusado forcejeó con la víctima para desarmarla ya que éste le está atacando con un cuchillo, creen que éste finalmente "se excede en la defensa al lanzar el puñetazo con el que le tiró por encima de la barandilla".

Una deuda

Según los hechos declarados probados, en la tarde del 29 de marzo de 2008 el acusado P. P. L. y su víctima mantuvieron diversas conversaciones telefónicas por cuestiones relacionadas con una deuda. A través de ellas la víctima supo que el procesado se encontraba en la casa de una tercera persona en Tomeza, Pontevedra.

Con la intención de "zanjar" las diferencias, sobre las 23.32 horas se dirigió hacia este domicilio en donde se encontró con el acusado en la terraza de la casa. Allí, al lado de una barandilla de unos 95 centímetros de altura, ambos continuaron con la discusión "alterados" y empuñando la víctima un cuchillo de unos 33 centímetros de largo. "Como el acusado quería arrebatarle el cuchillo, para desarmarlo, ambos sostuvieron un forcejeo en el transcurso del cual el acusado le propinó un puñetazo a la víctima que produjo la caída" por encima de la barandilla y que se precipitara al vacío desde una altura de 3,5 metros, hasta golpearse contra la acera de la vivienda, señala la sentencia.

La víctima sufrió un traumatismo cráneo encefálico y facial severo que le produjo lesiones graves, siendo necesario, incluso, practicarle una traqueotomía. También perdió varias piezas dentales.