El procedimiento para la modificación urbanística que permitirá aprovechar el solar de la antigua comandancia de la Guardia Civil, en la esquina de las calles de Loureiro Crespo y Casimiro Gómez, está listo para comenzar su tramitación administrativa. La comisión de Urbanismo fue informada ayer del texto del borrador, elaborado por el departamento que dirige la teniente de alcalde y delegada de Urbanismo, Teresa Casal García. Se zanja así una recalificación que comenzó a negociarse hace más de ocho años y que permitirá, de entrada, demoler una edificación abandonada desde hace años en pleno centro urbano.

El convenio, que desarrolla un protocolo firmado en 2001 entre los ayuntamientos de Pontevedra y Poio con la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de la Seguridad del Estado (GIESE), para posibilitar el traslado de la comandancia a su actual situación, será aprobado inicialmente en pleno y seguirá los distintos trámites de exposición pública, aprobación provisional y definitiva ya por parte de la Xunta de Galicia. Teresa Casal calculó que, si todo va bien, la modificación puede ser efectiva dentro de unos seis meses.

El edificio del viejo cuartel de la Guardia Civil fue construido en 1945. El solar tiene una superficie de 1.846 metros cuadrados. La superficie construida es de 4.482 metros, repartidos entre los 2.475 de la casa-cuartel y 2.065 metros cuadrados de las oficinas y dependencias oficiales. El convenio mantiene exactamente la misma edificabilidad y con el mismo reparto. El convenio recuerda que el GIESE hizo una inversión de 16.343.484 euros en la nueva comandancia y, de acuerdo con el previsto en la ley, pretende obtener ahora una vía de financiación.

Plaza pública

Además, el ayuntamiento establece la creación de una plaza pública de más de 500 metros cuadrados y va a obtener la cesión de un local de 200 metros cuadrados, con fachada a la nueva calle desde Casimiro Gómez, que deberá entregarse completamente acondicionado.

El edificio resultante de esta modificación urbanística tendrá una forma de “ele” ligeramente abierta.

Será escalonado y, siguiendo la pendiente del terreno, dispondrá de bajo más dos pisos hacia Casimiro Gómez y bajo más cinco plantas hacia Loureiro Crespo, calle en la que contará también con un ático retranqueado.

Los pisos bajo y primero serán para usos terciarios y el resto para residencial.

Teresa Casal destacó que el GIESE, o la promotora que se subrogue, tendrá que cubrir los estándares de aparcamiento en los sótanos que construya para dar servicio a las nuevas viviendas y superficies comerciales. No obstante, queda abierta la posibilidad de que incremente el número de sótanos para que, si lo estima oportuno, promueva un aparcamiento privado de uso público.

Sería posible también, de haber acuerdo entre las partes, que este aparcamiento se había podido unir al proyectado en la próxima Unidad de Actuación 34, que ya está autorizado por el ayuntamiento.

PP

Por su parte, la oposición municipal (PP) criticó que los concejales del grupo de gobierno llegasen a la comisión celebrada ayer sin “haber leído” los documentos. El concejal Ricardo Aguilar afirmó que esos documentos incluían varios errores de cálculo que daban muestra de no haber sido revisados antes de llevarlos a la comisión. “Las sumas no daban”, aseguró el concejal conservador quién criticó que “el gobierno tiene tiempo para hacerse la foto viendo como se quitan los grafitos de las calles, pero no para leerse los documentos”. A pesar de las críticas, el PP votó a favor del convenio y lo respaldará en el pleno. Teresa Casal, por su parte, indicó que este tipo de críticas “no vale la pena ni contestarlas” y aseguró que aunque el documento contenía errores, “se revisan y se corrigen, sin más”.