Doce años de prisión. Esta es la condena que acaba de imponer la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra a Juan José Rodríguez Chao, de 31 años y natural de Ferrol aunque residente en Madrid, por violar a una prostituta en Pontevedra tras amenazarla con un cuchillo en noviembre del año 2006.

El Tribunal considera probado que aquella noche el acusado solicitó los servicios de la víctima en la avenida Reina Victoria y que, una vez en el interior del vehículo cerró las puertas para impedir que pudiera escapar mientras la amenazaba con un cuchillo. Luego la llevó a un descampado en donde abusó de ella y regresó al lugar en donde la había recogido en donde la dejó llorando.

Según la sentencia, uno de los elementos clave fue la aparición en el coche del acusado de un cuchillo con el que habría amenazado a la víctima y que el procesado, durante el juicio, aseguró que siempre lo llevaba en el interior del vehículo ya que lo utilizaba para "hacer bocadillos".

El Tribunal considera, además, que la declaración de la víctima es "veraz". El acusado había manifestado en la vista oral que la mujer lo denunciaba para conseguir dinero, ya que era amiga de una anterior pareja suya y que estaba seguro de que su anterior compañera sentimental con la que mantenía una relación de enemistad "le ha pagado a esta chica para que me denunciara". No obstante, el fiscal consideraba que el supuesto complot contra el acusado o el móvil económico no se sostenía ya que la víctima había renunciado en el momento del juicio a la indemnización que pedía inicialmente.

Además, el Ministerio Público, que solicitaba una condena de 13 años de cárcel para el procesado, destacaba la constancia en la declaración de la mujer frente a las "contradicciones" que aparecían en las 5 declaraciones que realizó el procesado, tanto en la vista oral, como ante la Policía Nacional y en sede judicial.

El hombre negó que cometiera la agresión sexual aunque reconoció durante el juicio que días antes de los hechos tuvo relaciones con ella y que no le pagó porque unos días antes había contratado "un servicio completo" con ella y que le había entregado 100 euros sin que a cambio tuviera sexo con él.

La primera sesión del juicio se celebró el 28 de mayo y se retomó el 19 de junio ante la ausencia de dos testigos fundamentales que aseguraron ver a la víctima bajarse de un coche "llorando, muy nerviosa, alterada y contando que la habían violado". Ninguno de ellos vio la cara del procesado, pero describieron su coche y anotaron la matrícula del vehículo.

La defensa anunció que recurrirá la sentencia ante el Tribunal Supremo.