El curso en ESO, Bachillerato y FP arranca la próxima semana de manera escalonada en toda Galicia y los institutos de la provincia ultiman los preparativos para un regreso que será gradual los días 23, 24 y 25, y muy marcado por las medidas impuestas por la crisis sanitaria.
Las aulas de ESO esperan la llegada de 8.997 alumnos y las de Bachillerato, incluyendo adultos, 3.206. Los datos de matriculación en FP no están cerrados todavía pero son miles de estudiantes los que optan por esta opción formativa, por lo que el inicio del calendario escolar para estas enseñanzas implica a un importante volumen de alumnado.
Tras el amago de rebelión planteado por varios institutos gallegos y también ourensanos ante la imposibilidad de cumplir las medidas Covid sin más personal, la Consellería de Educación confirmó la contratación de profesorado de refuerzo. La llegada de docentes facilita los desdobles y evita la instalación de mamparas a las que se veían abocados muchos institutos para garantizar la seguridad.
El IES 12 de Outubre apuraba ayer los últimos detalles organizativos tras confirmar la recepción de 12 nuevos docentes para ESO y Bachillerato y tres para ciclos formativos, lo que les permite desdoblar una unidad en cada curso, desde 1º de Secundaria a 2º de Bac.
"Primero nos dijeron que no y tuvimos que cambiar la planificación, pero ahora es que sí y estamos preparando horarios y terminando de colocar las aulas ahora que ya sabemos que no necesitaremos mamparas", explica la vicedirectora Ana González. El objetivo es llegar al miércoles 23 con toda la seguridad posible "y recibir al alumnado de la mejor manera".
Poder descartar el uso de mamparas ha sido un alivio para este y muchos otros institutos ya que tenían que asumir la inversión con fondos propios y, además, no estaba resultando fácil conseguirlas al dispararse la demanda. En el 12 de Outubro se libran los alumnos de ESO y Bachillerato pero es posible que algunas aulas de los ciclos formativos, donde no se han podido hacer desdobles, tengan que recurrir a ellas. "Sobre todo en las de ordenadores", precisa la vicedirectora.
En su regreso a las aulas, el alumnado se encontrará con un instituto muy diferente al que dejaron atrás en marzo, cuando se declaró el estado de alarma.
Tendrán que moverse por el centro siempre en fila de a uno y circulando por la derecha. No podrán detenerse en los pasillos a charlar ni quedarse en el interior del recinto cuando no estén en clase. "El mensaje a las familias es que estén tranquilas porque hemos adoptado todas las medidas de seguridad y los alumnos tienen que asumir que ahora hay que hacer unas tareas que antes no había", explica Ana González. "Tienen que respetar la distancia y seguir unas órdenes de entrada y salida, como decimos aquí en broma, de régimen militar, pero estoy segura de que en 15 días o tres semanas todos lo habremos interiorizado y lo llevaremos con normalidad".
Señala que nunca existe la garantía del contagio cero y, ante las cuarentenas que ya se han empezado a producir en varios colegios de la ciudad, explica que en caso de un positivo "seguiremos el protocolo a rajatabla: "La seguridad y la salud prima más que la docencia". Recuerda las complicaciones de marzo con la vía telemática: "Por eso es una victoria poder volver a la docencia presencial y mejorar lo que teníamos", concluye.
