"Háganos un favor, señor Jácome, dimita". La frase del portavoz nacionalista, Luís Seara, y proponiente de la moción de dimisión para instar al regidor ourensano, es el resumen de un debate político estéril y no vinculante, pero que desvela los posicionamientos de los partidos que conforman el Concello de Ourense tras una crisis institucional y de gobierno. crisis institucional y de gobierno.

La votación a favor de la propuesta por parte de los nueve ediles socialistas, los siete populares, los cuatro críticos contra Jácome, cuatro críticos los dos nacionalistas y los de Ciudadanos sirvió para instar a Pérez Jácome a que dimita de su bastón de mando de la tercera ciudad de Galicia. El líder de DO bromeó sobre el debate político aludiendo que "menos mal que no es vinculante, si no ya no podría seguir con la siguiente moción".

La forma parece de película. El fondo es de serie de ficción política. La salida del PP y la cesión en sus funciones de los ediles díscolos de DO deja al gobierno municipal en una minoría minúscula con la incorporación de Telmo Ucha como una de la diminuta solución a la que el regidor ourensano se quiere aferrar.

Desde el grupo del BNG culpabiliza al PP y a Manuel Baltar de la situación que vive en el Concello de Ourense definiendo la ingobernabilidad "como un precio elevadísimo para la sociedad ourensana" y describiendo a Pérez Jácome como representante de la corrupción, ya que "no distingue lo público de lo privado, su televisión privada del Concello". Desde el BNG instaron a "un cambio no solo de Alcalde, si no de gobierno".

Los populares instaron al alcalde a "disipar las dudas sobre las cuentas de Democracia Ourensana haciendo un ejercicio de transparencia" y que esa ausencia de información "nos llevó a renunciar al gobierno de Ourense después de la pérdida de confianza".

A este respecto, el líder de DO interpeló que "cómo voy a enseñarles los proveedores y mis extractos bancarios. Ustedes que son el partido de la Gürtel o de los sobres en negro, me piden a mí que enseñe las cuentas". También indicó que "cuando Baltar estaba acusado de ofrecer un trabajo a cambio de relaciones sexuales, ahí no le dijeron que diera explicaciones, él alegó que era un tema personal y se cerraron con él sin decirle que saliera a dar explicaciones. Yo no tengo que aclara nada es la justicia la que tiene que aclararlo. Las cuentas de Democracia Ourensana solamente le interesan al Tribunal de Cuentas y a DO, ni siquiera a los ciudadanos de Ourense".

El regidor ourensano señaló estar "tranquilo por mis cuentas y son ustedes los que tienen que demostrar lo que dicen no yo". El portavoz socialista, Rafael Villarino, dijo que "Jácome no es ninguna víctima, la víctima de esta situación es Ourense. A Jácome le pudo su ambición personal por ser Alcalde y fracasó". Hizo referencia al papel de los críticos, preguntándoles "¿para que estan aquí los díscolos de DO? No están para otra que para sostener la trama del PP con el único objetivo de mantener a Baltar. No les interesan las cuentas ni que se clarifique nada. Están aquí por otros motivos y deberían hacer como Mario y estar en sus casas".

El socialista se dirigió directamente al portavoz popular: "Clama por Ourense que quiere a Ourense pero cuando votó a Jácome como alcalde dijo que era un hombre de partido, no lo hacía por Ourense. Lo hacía porque era leal a su partido. Tenía que haberse ido después de lo que sufrió durante años".

Ciudadanos defendió el papel que deben tener los dos partidos tradicionalistas, PP y PSOE, para sacar a Jácome de la Alcaldía: "Los escenarios posibles pasan porque el PP y PSOE se pongan de acuerdo para quitar a Jácome del Concello o que Villarino sea alcalde pactando con Jácome y esté mareando a los vecinos".

La Corporación mostró el mismo objetivo, poner fin a la "Administración Jácome", pero no mostraron una hoja de ruta ya que las matemáticas no invitan a una solución eficaz, ni tampoco sencilla.