Los comuneros de montes vecinales en mano común que forman parte del Parque Natural Baixa Limia y su zona de influencia siguen trabajando para ver cómo pueden contribuir a paliar el despoblamiento del rural. Un total de 15 presentaron en su día alegaciones al Plan de Uso y Gestión del parque natural, para que tuvieran encaje jurídico que sirviera de guión para una mesa de negociación con la Administración, pero no recibieron respuesta. Y tampoco la han tenido a su solicitud de integrarse y constituir la Mancomunidad de Montes del Xurés tras tres meses de haber presentado la documentación requerida ante Medio Rural. No entienden el porqué del retraso.
Y mientras esperan a ser convocados para negociar las alegaciones y a que se dote a la Mancomunidad de personalidad jurídica, siguen trabajando para ver la posibilidad de desarrollar proyectos conjuntos, incorporando a los mismos a los baldíos limítrofes de Portugal que comparten el territorio del Parque Natural Peneda-Gerés.
Reunión reciente
Con este fin, han mantenido reuniones, siendo la última el pasado viernes, cuando se pusieron sobre la mesa las limitaciones en el desarrollo de los habitantes de esta zona, "siendo escasamente perceptibles las compensaciones", apuntan.
Así, para próximos encuentros esperan contar con la colaboración de técnicos que les ayuden a poner en valor su contribución al bienestar de la sociedad, "espacio de ocio, agua limpia, fijación del carbono, explotaciones ganaderas que contribuyen a mantener los ecosistemas, y más".
Unificarse
Y en el ámbito administrativo estos comuneros de montes también apuestan por unificarse, o "cuando menos una mayor semejanza". No entienden que, por ejemplo, una de las zonas de mayor interés como son las antiguas explotaciones Os Carrís en Portugal, y As Sombras en España, ubicadas en la misma montaña, en la parte lusa se limite a 10 personas debiendo ir acompañadas por un guía, mientras que en la parte española se puede acceder al mismo punto sin ningún tipo de control.