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La mitad de viticultores del Ribeiro supera los 65 años y 1.300 hectáreas están divididas en 20.500 parcelas

La Xunta ve clave recuperar tierras agrarias para ampliar la superficie

Acto de presentación, ayer en Arnoia, del estudio elaborado por expertos. // FdV

El Consello Regulador de la DO Ribeiro impulsará todas las medidas posibles para conseguir la revitalización y fortalecimiento de su tejido productivo. Con este fin encargó un estudio socioeconómico y estratégico, financiado por la Diputación, por 41.500 euros, y que entre otras cuestiones revela que esta DO tiene un peso relevante dentro del conjunto de las cinco gallegas pero esta relevancia no se traslada directamente a los mercados viéndose notablemente reducido su peso relativo tanto en términos de volumen de producción y comercialización como de valor económico de la producción.

Este estudio se presentó ayer en la sede de la cooperativa del pimiento, en Arnoia, y acudieron unas 90 personas. También asistieron los directores generales de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural, Miguel Pérez Dubois, y de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria, Manuel Rodríguez. El primero destacó la importancia de movilizar y recuperar tierras agrarias para poder ampliar la base territorial de las explotaciones vitivinícolas, con el fin de minimizar costes y elevar la producción, mientras que el segundo señaló que en Galicia hay más de 13.000 viticultores, más de 460 bodegas, alrededor de 9.000 hectáreas cultivada y más de 60 millones de kilos de uva anuales.

Según el estudio, resulta especialmente preocupante para los expertos la situación de la capacidad efectiva de producción de uva que presenta una clara tendencia descendente en los últimos 15 años, en que se redujo a la mitad. Solo de 2016 a 2018 la caída fue del 36,3. Fue el resultado de dos procesos: la reducción de la superficie de viñedo activa en la DO, y el descenso de los rendimientos por hectárea. La contracción de la superficie (en un 18,4%) explica algo más de la tercera parte de la reducción del volumen de uva producido pero es significativa porque ligado a la alta edad media de los viticultores y su bajo grado de profesionalización amenaza el futuro del tejido productivo primario.

Un abandono progresivo derivado del factor de edad (casi la mitad tienen más de 65 años), una tasa de incorporaciones y relevo generacional que no lo compensa, y una clara inmovilización de la tierra que se abandona y precios muy elevados, condicionan la recuperación del potencial productivo de O Ribeiro. A ello añadir una excesiva fragmentación parcelaria: 1.374 hectáreas de la DO están divididas en 20.542 parcelas. La media es de 0,82 ha/viticultor compuestas por 12,4 fincas con una media inferior a 700 metros. Las de 1.000 metros o más, el 15% del total, suponen el 60% de viñedos, siendo la principal base productiva de la DO.

La estructura de las bodegas es heterogénea con 4 cooperativas (34,1% del vino comercializado), 4 bodegas con más de 400.000 litros (que sumadas a Viña Costeira, 5 industrias concentran 2/3 da producción); 31 bodegas de menos de 400.000 litros: (27,9% del vino comercializado) y 63 cosecheros que suponen el 6,6% del vino de la DO.

En cuanto a situación en el mercado estatal, la participación del conjunto de sus vinos se sitúa entorno al 2,1% en volumen. Los precios medios de los vinos blancos están por debajo del precio medio de mercado, y en el sector de la Hostelería la media supera significativamente a la media de vinos blancos tranquilos.

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