Tras la multitudinaria manifestación del sábado, Verín vivió ayer el primer día sin poder parir en su hospital. El Sergas asegura que, pese a la contestación, la decisión "no es reversible. Toca seguir trabajando a favor de las mujeres y niños, aplicando la mayor seguridad posible en el proceso del parto. Los criterios técnicos no varían ni se cambian por una movilización tan importante como la que hubo en Verín", manifiesta el gerente del Sergas en Ourense, Félix Ruibal. A pesar de la oposición vecinal, de los profesionales del centro -los del CHUO, en cambio, apoyan la medida adoptada- y también frente al rechazo de los alcaldes del propio PP de la zona, que ven un recorte de servicios que perjudica al rural, la decisión es un hecho desde ayer a las 8 de la mañana. El director del hospital de Verín desde abril de 2017, el exconcejal del PP en Ourense Miguel Abad -al que la crisis cogió de vacaciones previamente programadas-, defiende el criterio del gerente. Asegura que los informes técnicos de los jefes de Pediatría y Ginecología son "incontestables". Sostiene que el cierre del paritorio en Verín, que obligará a las madres de la comarca a dar a luz a una distancia mínima de 70 kilómetros -mucho mayor desde lugares como A Gudiña o A Mezquita- se basa en "razones de seguridad de los recién nacidos".

Este domingo, el primero con el servicio cerrado, trabajaban en el hospital una matrona sustituta cubriendo el servicio, así como un ginecólogo. Tienen lista de guardia para todo el mes de diciembre y una previsión de que puedan dar a luz 7 u 8 embarazadas, sin contar posibles adelantos de urgencia. Madres que deberán ir a Ourense. La pediatra que el sábado asistió al último bebé nacido en el centro permaneció hasta el traslado de niño y madre al CHUO a primera hora de la tarde, según Diario do Támega. El personal inicia hoy a las 8 un encierro en el centro como protesta. Quieren que el Sergas dé marcha atrás y que el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez, comparezca. Los sindicatos invitan a los vecinos a sumarse, después de la protesta histórica del sábado, con miles de asistentes, la mayor registrada en Verín.

El ginecólogo Javier Castrillo, jefe de servicio en Verín, asegura que la Gerencia no ha dado instrucciones al detalle de cómo proceder, más allá que desde ayer a las 8 los partos se derivan a Ourense. "A partir de ahora llegará una señora en un trabajo de parto y nos van a tener qué decir qué tenemos que hacer. Había un protocolo sobre en qué casos se traslada o quién acompaña. Ahora todo eso se tiene que cambiar. Si veo que un niño está a punto de nacer, tengo que velar por que lo haga lo más próximo posible a un hospital con un pediatra. Por una parte, no debería trasladar a una parturienta de la que sospeche que puede parir en el camino, porque es más seguro un parto en el hospital y luego un traslado, pero, por otra parte, sin tener pediatra no me puedo arriesgar a hacer un parto en Verín, por muy precipitado que venga".

El director del hospital, que hoy se reincorpora al trabajo, defiende que "no es una decisión de un día para otro, ni arbitraria. Se toma en base a informes de los responsables de Pediatría y Ginecología, alertando de que podía haber complicaciones para los recién nacidos en el hospital de Verín. Es lo que ha empujado al gerente del área a tomar la decisión. Si a pesar de esos informes me empecino en que sigan pariendo aquí y un niño sufre un problema me llevarían ante un juez".

El descenso de nacimientos en el área de Verín "lleva en estos últimos años un ritmo de -30 cada año. El pasado hubo 89 y este año, según las previsiones, no se superaran los 60, incluyendo partos y cesáreos. Se ha ido incrementado la edad media de las madres primerizas, que supera los 36 años. Cuanto mayores sean las embarazadas más complicaciones puede haber en el embarazo como diabetes e hipertensión. Un paritorio abierto no garantiza que una mujer no vaya a tener un parto complicado. El problema no es por las mujeres, es por el recién nacido. Es una medida de seguridad para garantizar que los neonatos no tengan problemas, y el riesgo aumenta cuanto menor sea el número de nacimientos", sostiene Miguel Abad.

Porque la pericia se pierde al haber menos práctica, sumada a un aumento de nacimientos de riesgo, dice. El ginecólogo Castrillo lo rebate: "Los criterios de calidad obstétrica son auditables y contrastables. En los 18 años que llevo en el hospital tenemos unos resultados extraordinarios, ni un solo feto muerte intraparto, ni una complicación grave. Tienen una solución fácil: rotar a los profesionales, no cerrar el servicio. Yo no tengo ningún problema en hacer una guardia en Ourense. Si llego a un hospital grande no me van a decir que necesito un periodo de aprendizaje. Aparte de nuestra formación nos actualizamos como cualquier profesional".

El director recuerda que las madres "van a seguir siendo atendidas en el hospital de Verín, controladas por el servicio de Ginecología y Obstetricia, y por las matronas, si no se trata de una gestación de alto riesgo, por la que ya eran derivados al CHUO desde antes de mi llegada". Añade que las matronas "van a ampliar su cartera de servicios a la especialidad de Enfermería Ginecológica, que ya se presta en O Barco. Darán atención a mujeres menopáusicas y suelo pélvico, además de una labor de asesoramiento en métodos anticonceptivos, como con las ecografías para el control del DIU", detalla Abad.