Roy y Bernado D. L., los policías gemelos de Ourense investigados por la muerte en comisaría de un compañero, declararon hoy como imputados ante el juez que esclarece el robo de seis armas en el búnker de la sede policial, tres de las cuales aparecieron en el despacho del agente fallecido en abril de 2016.

La UDEV de la comisaría los considera autores, en mayor medida que el muerto, de los anónimos, el robo de armas y el presunto asesinato para evitar que se descubriera la trama. La unidad aporta geolocalizaciones que sitúan el móvil del fallecido en su casa e incluso fuera de la provincia en fechas clave de la elaboración del anónimo a Asuntos Internos en noviembre de 2014 en el que se aludía ya a la desaparición de varias pistolas pese a que solo hubo constancia de la falta de 3 hasta febrero de 2015.

La defensa de los gemelos, Neil González, rebate a la UDEV y cuestiona que la unidad deba investigar hechos que implican e interesan a sus propios compañeros. Además, el letrado recuerda que el ADN hallado en una de las llaves del búnker de comisaría donde se depositan las pistolas era de Celso B. A., el agente fallecido.

En la causa por las armas que instruye el juez Leonardo Álvarez están personados como acusación particular, por ser posibles perjudicados, el agente responsable del armero (cuyo puesto supuestamente ambicionaba el policía fallecido) así como el exjefe de drogas, uno de los 4 agentes acusados de presunta protección a traficantes que eran sus confidentes, según la conclusión del mismo magistrado y la Fiscalía tras una operación de Asuntos Internos a partir del anónimo que, paradójicamente, ahora se analiza en relación al robo de armas en una causa distinta.

La rocambolesca historia de la comisaría de Policía de Ourense sigue investigándose 5 años después.