Tres manifestaciones diferentes recorrieron ayer las calles de la capital de As Burgas en defensa de los derechos de los trabajadores y contra la precariedad laboral. Comisiones Obreras y UGT en una movilización conjunta que partió del pabellón de Os Remedios bajo el lema "Primeiro as persoas"; en solitario la CIG, que marchó desde la Praza Maior encabezada por una pancarta que llama a "Recuperar dereitos para avanzar", y por último el Bloque Crítico Ourense, liderado por la CNT, y con salida desde la Ponte Romana.

Las tres reunieron en conjunto a más de mil personas que recorrieron las principales calles de la ciudad en itinerarios diferentes pero con una exigencia compartida dirigida al nuevo gobierno salido de las urnas del pasado 28 de abril: estabilidad en el empleo y derogar las reformas laborales.

Los primeros en desplegar las pancartas fueron los manifestantes convocados por la CIG, que se reunieron en la Praza Maior de Ourense para dirigirse a la delegación territorial de la Xunta, en la avenida Habana, donde el secretario comarcal, Anxo Pérez Carballo, pronunció un discurso en el que repasó los principales conflictos laborales que afronta la provincia, especialmente los que afectan a los trabajadores de GRI Towers, Transportes Pacholo y Unitono, y apoyó expresamente a la plataforma de emigrantes retornados que lleva cinco años en pie contra Hacienda por la obligación de tributar las pensiones por jubilación que perciben del extranjero. "No hay enemigo grande, todos son susceptibles de ser derrotados", dijo, tras repasar conquistas logradas por esta organización sindical en Ourense como la regularización de más de 800 falsos autónomos o la reactivación de la negociación colectiva "que estaba desaparecida en esta provincia".

Pérez Carballo señaló que se abre un "doble camino" para una lucha que se centrará en "exigir la derogación de reformas y en seguir avanzando en la recuperación de derechos. No negó que el resultado del 28A ha dejado una "sensación agridulce" porque, si bien supuso la derrota de la derecha, dejó fuera del Congreso al nacionalismo gallego: "En la CIG aprendimos que la división no nos lleva a ningún lado; es vital para el país que la misma influencia que tiene el nacionalismo en el campo sindical la tenga también en el campo político", dijo.

Entre los manifestantes que se sumaron a la convocatoria de la CIG estaban, entre otros, la parlamentaria del BNG, Noa Presas; el exconselleiro Alfredo Suárez Canal y el candidato a la Alcaldía de Ourense, Luis Seara. Tampoco faltó a la cita el histórico sindicalista Etelvino Blanco, que lideró esta organización durante más de dos décadas y que ahora concurre también como candidato a la Alcaldía de la ciudad por la formación Ourense Mellor.

CCOO y UGT llevaron sus proclamas por la calle Progreso y el casco histórico hasta la Praza Maior, a la que entraron clamando: "Sí se puede, sí se puede", y exigiendo la derogación de la reforma laboral y la composición de un nuevo gobierno "de izquierdas". Entre los manifestantes estaban el secretario provincial socialista y candidato a la Alcaldía de Ourense, Rafael Rodríguez Villarino, y la diputada electa por el PSOE Marina Ortega. Desde las escaleras de acceso a la Casa do Concello, los responsables de ambas formaciones sindicales, Mario Franco, de UGT, y Pedro Barreiros, de CCOO, reclamaron al nuevo gobierno "que se aborde con urgencia la agenda social de la que tanto se habló en campaña electoral", y que las rentas del trabajo crezcan al mismo ritmo que los beneficios empresariales.

Ambos sindicatos ven necesario un "cambio de rumbo" que tenga en cuenta la grave despoblación y envejecimiento que sufre Ourense. "Hacen falta reformas que sirvan para transformar el tejido productivo", dijeron, y criticaron la ausencia de un "plan industrial de futuro" en una provincia "altamente dependiente" del sector terciario y del turismo. Defienden que llegó el momento de un giro en las políticas económicas y sociales y cerraron su discurso exigiendo a los partidos políticos que conformen un "gobierno de progreso" y que hagan posible la aplicación de políticas para lograr igualdad, empleos estables y bien remunerados, pensiones dignas, prestaciones sociales suficientes y servicios públicos de calidad.