Por las mañanas la llevaba desde Ourense a Xinzo y, al terminar la jornada, recorrían el trayecto inverso. Ochenta kilómetros al día compartiendo coche desde que la trasladaron a finales de 2014. El hijo de los dueños era el encargado del comercio en el que trabajaba, era su jefe directo. Juan Carlos Á. C. -nacido en Caracas (Venezuela), con domicilio en A Valenzá (Barbadás) y 28 años- la "asedió con innumerables mensajes de Whatsapp", recibiendo siempre una negativa" por parte de la víctima. Ella siguió yendo en el coche porque era una condición laboral y "por temor a perder el puesto de trabajo". La Audiencia Provincial confirma una condena de 2.400 euros de multa para este hombre por un delito de acoso sexual. Persistió, entre enero y marzo de 2015, a pesar de la "clara oposición de la víctima, con 'nos claros a las proposiciones de contenido sexual". Considera "contundente" su versión y recuerda que el propio encausado asumió la autoría de los mensajes como "reales y veraces".

"Te veo muy cachonda, ¿cuándo me dejas darte un beso? Sin que nadie sepa nada. Tengo ganas de besarte y compartir contigo algo", dijo el acusado. La mujer fue clara y rotunda: "No, enfermo". El propio 19 de enero de 2015 hubo más mensajes: "Te lo digo muy en serio, quiero ver qué pasaría si tú y yo nos besamos, qué sentiría. ¿O quieres que te dé un beso cuando menos te lo esperes y te quedes de piedra y me sigas? Tú, me aburro, contesta. Qué fuerte, pasas de mí. A ver, carabola, ya salí del gym, vístete y baja, vamos a tomar algo". La víctima no respondió nada.

El acosador no paró. "Tú no tienes novio y yo no tengo nada. Yo quiero ver qué pasaría. ¿Que me gustaría mantener relaciones sexuales contigo? Pues claro. Pues déjame hacértelo, tengo ganas de verte desnuda, besarte en la espalda". Fue el 20 de enero y la mujer volvió a contestar de manera contundente: "Tú estás fatal, en serio".

El encausado no se dio por aludido. "Joder, eres más difícil. Me traes enfermito, qué quieres que te diga. Me gustaría verte en ropa interior y saber qué pasaría sin ni siquiera habernos dado un beso. Porque quiero verte, quiero besarte, quiero hacerlo contigo. ¿Por qué eres así? Con lo fácil que es quedar, mala. Me gustaría vestirme y aparecer en tu casa, me pusiste demasiado cachondo". La joven, una vez más, es tajante: "Ni se te ocurra, no te voy a abrir", le contestó.

"Una noche de estas, verás"

El 24 de enero, el acosador sube de tono. "Quiero follarte y besártela hasta que te corras. Cada vez que vamos en el coche me provoca parar en medio del monte y desnudarte y hacértelo. Una noche de estas, verás. Dime qué te cuesta dejarte follar por mí". Ella no contestó.

Cuatro días después, el acusado le envió: "Pues hoy al llegar a casa, te violo, bombón". La chica no daba crédito. "Tú estás fatal". El individuo insistió. "No aguanto más, quiero quedar contigo y desnudarte y follarte". Ella no escribió más. El 30 de enero de 2015, el hombre siguió con los wasaps. "¿Tú serías capaz de quedar conmigo y que me dejaras besarte tus partes íntimas, sin tener sexo". La víctima volvió a dar una negativa clara. "Que no, que no seas enfermo". El acosador no paró. "¿Qué quieres? ¿Que un día pare el coche por ahí y te entre y te desnude". Ella devolvió otro "no".

El encausado no siempre se extendía. "Follar", escribió el 3 de febrero. "Que no", reiteró ella. "Te cansarás de decir que no", dijo él. Pasaban los días y seguía. "Quiero follar contigo y te lo digo muy seriamente, me da igual la excusa", reiteró. "Que no", se reafirmó ella. "Fea, mala", llegó a escribir el hombre. El 14 de marzo le puso: "Sosa, repugnante, nunca más te digo que vas guapa. Te lo dije pero tranquila que no te lo diré jamás. Me gustaría hacerlo contigo sin sentimientos, olvidándolo después de hacerlo". La víctima se mantuvo firme: "Ya sabes la respuesta, no".

Al ver que la víctima no cedía, el 9 de abril de 2015, el acosador cambió el horario laboral de la joven, solo el suyo, por uno más perjudicial, diciéndole que para ir desde Ourense "vas a tener que buscarte la vida". Por causa del acoso sexual, la víctima sufrió ansiedad, pérdida de peso y alteración del sueño. Ese día sufrió una crisis y está a tratamiento desde entonces.

En una sentencia que no admite recurso y que da la razón a la magistrada del Penal 1 en su resolución inicial, la Audiencia Provincial constata un "claro acoso sexual" que se mantuvo pese a que la víctima "indicó claramente" que consideraba ofensivo, "sin que ello pueda confundirse con un comportamiento amistoso y que es aceptado y mutuo". No ocurre en este caso por la "afectación a la esfera íntima" de la joven.