M. V. S., un ourensano de 51 años, fue condenado en 1996 a 26 años y 8 meses de prisión por un delito de robo con homicidio. Es el hecho más grave de la cantidad que antecedentes penales que acumula. Ayer iba a juicio de nuevo, aunque no pudo celebrarse por la incomparecencia de los policías. Está acusado de agredir a su padre dentro de un vehículo, el pasado 21 de diciembre. El caso se sostiene en la versión de los agentes porque, según la defensa, el progenitor y supuesta víctima ya negó los hechos en la fase de instrucción de estas diligencias urgentes.

Inicialmente, a la espera del juicio, la Fiscalía solicita una pena de un año de prisión, la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante dos años y medio, así como la prohibición de aproximares a menos de 300 metros y contactar con su padre durante 2 años, que es con quien convive.

Según el ministerio público y el atestado policial, sobre las 12.45 horas del pasado 21 de diciembre, cuando estaba con su progenitor en el interior de un vehículo en la calle Ervedelo de la ciudad, el encausado golpeó presuntamente a su familiar en la cara y en los brazos, sin que conste que le provocara una lesión.

Reincide en violencia doméstica

La Fiscalía aplica la circunstancia agravante de reincidencia. Además de la condena de 26 años y 8 meses de cárcel por el robo con homicidio -firme en 1996-, M. V. S. acumula otras tres sentencias definitivas, de 2012 y 2017, por diversos hechos. En diciembre de 2012 fue condenado por amenazas a -entre otras- la pena de 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad, como responsable de lesiones en el ámbito familiar a 75 días de trabajos, así como a un delito de violencia familiar que se saldó con un año y nueve meses de prisión.

En junio de 2017 le impusieron 75 días de trabajos comunitarios por violencia doméstica. En mayo de ese año, le cayó la misma pena por la misma infracción penal.