Ourense estrenó 2019 fiel a sí misma, es decir, con fuertes oscilaciones térmicas que le llevaron a computar en una misma jornada de 1 de enero, las temperaturas más frías y las más cálidas de Galicia.

La mínima gallega la registraron ayer los termómetros de la estación de Verín-Vilela, donde a las 9 de la mañana se alcanzaban los -5,4 grados bajo cero. Apenas unas horas después, a las 13.30 de ayer, con la provincia aún desperezándose tras el fin de año, los rayos de sol llevaban al Concello de Entrimo la máxima de la comunidad gallega, que fue de 20 grados a esa hora, mucho mejor que la de muchas jornadas de primavera.

Esto supone en una misma provincia y en un mismo día, un oscilación térmica de 27 grados, propia de la que diferencia el verano del invierno.

Así es Ourense y así lo vivieron sin embargo y sin miedo al frío los vecinos de Calvos de Randín, el segundo municipio gallego más gélido ayer, con -4,5 grados de temperatura a las 9.10 de la mañana, seguido de Xinzo de Limia con -4,3 grados. En esta capitalidad limiana ya despidieron el año el 31 de diciembre con la mínima gallega de -6 bajo cero. Una espesa niebla aumentó además esa sensación térmica de frío para los miles de vecinos y vecinas de la provincia que salieron a celebrar su noche de Fin de Año retando a las bajas temperaturas.

Baño termal contra el frío

Y en este inicio de año bajo cero que vivió la provincia de Ourense, no fueron pocos los que decidieron recibir 2019, en plenas termas públicas, las situadas a orillas del Miño.

A partir de primeras horas de la tarde vecinos de toda las edades, algunos de ellos jóvenes que se relajaban así de una noche de resaca, se daban su primer chapuzón termal en Outariz, Chavasqueira o Pozas do Muíño, todas ellas en la ribera derecha del Miño, y con una temperatura dentro del agua de unos 38 grados, mientras en el exterior el termómetro estuvo durante la tarde por debajo de los 10 grados.

Fueron estampas divergentes de Ourense que volvió a llenar las cafeterías en horario de tarde y noche para despedirse de las vacaciones tras un fin de año festivo.