N. G., un hombre juzgado por la Audiencia Provincial de Ourense como acusado de un intento de homicidio, manifestó ayer que su intención no era matar a otro hombre en una agresión a la salida de un bar de la ciudad, ocurrida el 13 de octubre de 2015. Admitió un puñetazo en el interior de su coche porque había insultado a su novia y supuestamente pretendía atropellarla con su coche. La víctima manifiesta que lo golpeó varias veces en la cara y la cabeza, que lo amenazó de muerte y que incluso utilizó el retrovisor interior. También reconoce que se bajó del vehículo y se marchó por su propio pie, y que se cayó en la calle unos 200 metros después, aturdido.

Inicialmente, la Fiscalía solicita una condena de 6 años de prisión más una indemnización de casi 56.000 euros para la víctima, una cantidad que la acusación particular eleva a más de 57.000. El Sergas reclama cerca de 66.000 euros por la atención médica al lesionado. La defensa reclama la libre absolución. Antes del juicio, la víctima amagó con renunciar a su letrado. Presentó una queja en el Colegio de Abogados pero, cuando el magistrado presidente le advirtió de que quedaría fuera de la acusación particular, accedió a seguir con él.

En la vista, que hoy finaliza con conclusiones e informes de las partes, el encausado manifestó que en primer lugar presenció cómo la víctima llamó "putas" a su pareja y a unas amigas de ésta, que se encontraban en una terraza de un bar de la Avenida de Buenos Aires. El hombre supuestamente continuó con esos calificativos en el local.

Tras salir del baño y no ver a nadie en el establecimiento, el dueño le dijo supuestamente que el individuo había ido detrás de su pareja en coche con la intención de atropellarla. "Me puse en su camino, el coche paró y me subí. El señor dijo: esa que va con esas dos la voy a follar a ella y a sus hijas. Se me puso todo negro", declaró el presunto agresor. Según su versión, en el momento en que el conductor intentó girar hacia las mujeres, agarró el volante, apagó el coche y tiró las llaves por la ventana. También le pegó. "Le di un puñetazo, no me acuerdo dónde. No le toqué la cara, porque él se había protegido", dijo el encausado. Niega que hubiera agredido a la víctima fuera del coche ni que lo hubiera arrastrado o tuviera intención de matarlo. "La pelea no fue tan fuerte Me quedé blanco" -dijo- al enterarse de que estaba en el hospital.

"Dijo que me mataba"

La versión de la víctima, que admitió que entonces tenía problemas con el alcohol y pérdidas de memoria que ha ido recuperando, es que N. G. forzó la puerta del copiloto antes de que le diera tiempo a poner el cierre centralizado y le dio puñetazos en la cara y en la cabeza. "Le pedí que parara y él me dijo que antes de irse me mataba".

Salió por su propio pie, el acusado presuntamente le rompió la sudadero y a unos 200 metros, la víctima se cayó al suelo hacia atrás. "Estaba aturdido, entre la bebida y los golpes". No quería ir al hospital pero un hostelero llamó a una ambulancia.