La medicina patológica y forense lee lo que dicen los cadáveres aunque quedan dudas después de algunas muertes. El año pasado, los forenses del Instituto de Medicina Legal (Imelga) hicieron en Ourense 201 autopsias por fallecimientos con una posible repercusión legal: las pruebas post mortem determinaron que 108 de los decesos estudiados se debieron a causas naturales, mientras que en otros 93 la razón fue violenta -45 por accidentes, 46 por suicidios y 2 por homicidios. Además, los patólogos del hospital llevan a cabo exámenes de los pacientes fallecidos cuando dudan sobre la causa o el alcance de una enfermedad. En el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) se hacen "entre 40 y 60" al año, según la jefa de servicio de Anatomía Patológica, Carmen Penín. A partir de mediados de noviembre, aproximadamente, el hospital contará con una nueva sala mortuoria más amplia y segura, con un mejor equipamiento que reduce los riesgos de contaminación tóxica y biológica.

El habitáculo, que el Sergas cede a los forenses para su labor en virtud de un convenio con Xustiza -el diseño competió al hospital, pero se tuvieron en cuenta las necesidades de los profesionales del Imelga-, ocupa casi 50 metros cuadrados, el doble del mínimo que exige la normativa. Está en el sótano -2 del nuevo edificio, con entrada directa al parking que facilita el acceso de los furgones funerarios y forenses. La instalación de las autopsias llega un año después de la apertura del nuevo edificio de hospitalización. Las pruebas post mortem se practican desde hace unos 18 años en un espacio más pequeño y menos aislado de la residencia que cumple la normativa, asegura el CHUO.

El DOG publicó ayer la formalización del contrato del suministro e instalación de equipamiento y mobiliario. La inversión de la Gerencia de Gestión Integrada de Ourense, Verín y O Barco de Valdeorras es de un total de 205.411,02 euros, rebajando en más de 13.000 euros la base de la licitación, a la que presentaron oferta tres empresas. La adjudicataria disponía de un plazo de tres meses para la adaptación e instalación del equipamiento. La puesta en marcha estaba prevista para este mes pero se retrasará a noviembre.

El servicio contará con cámara frigorífica mortuoria, carro hidráulico, mesa de autopsia de altas prestaciones, mesa de tallado con campana de seguridad, sierra de autopsias con aspiración, cámara frigorífica de almacenamiento de muestras, mobiliario auxiliar de acero inoxidable, más un armario para las muestras, con extracción de aire. La mayor parte del equipamiento ya se ha instalado, faltan los mesados a medida de acero inoxidable y algunos detalles del sistema de iluminación.

"La nueva sala tiene áreas de trabajo más espaciosas y diferenciadas, está completamente aislada respecto a otros habitáculos como aseos o despachos por sistemas de exclusas de contención. Lo importante es proteger al personal de los riesgos de contaminación biológica o con tóxicos. Es un lugar crítico en el que hay que tener mucho cuidado y velar por la seguridad de las personas que trabajan en él, porque se trata de un foco de riesgo. Existe un sistema de ventilación independiente y el diferente equipamiento también tiene sus filtros de seguridad, como la mesa de tallado. Los armarios en los que se van a conservar las muestras biológicas son cerrados y con sistemas de aspiración que evitan que ningún material tóxico, como el formol, o biológico, salga al exterior. La mejora es enorme", destaca la doctora.

Frente a los forenses, que buscan indicios de criminalidad o de muerte violenta, las autopsias clínicas pretenden resolver la duda de qué ha muerto un paciente hospitalizado, o la trascendencia que en su caso tuvo la enfermedad. Se hacen a petición del médico o de la familia y el interés es el conocimiento. "Si un médico no sabe exactamente por qué ha fallecido un paciente con determinados síntomas, la autopsia puede ayudar a que con otro se piense en otro diagnóstico, o a ver cómo evolucionó la enfermedad para decidir si se pudo tomar otro camino. Aporta conocimiento".

Pese a que la labor requiere tiempo y esfuerzo, el cadáver no siempre arroja respuestas. "Tienes que unir toda la información de ese paciente y determinar por qué falleció. A veces no consigues llegar a saber la causa, es lo que se llama una autopsia blanca. Pero en general sí lo descubres y se determinan muy bien los cambios de la enfermedad en los órganos del paciente", explica la jefa de servicio de Anatomía Patológica, un área "que es una gran desconocida", en la que ejercen nueve médicos, y que hace mucho más que autopsias. De hecho, la gran mayoría del trabajo tiene que ver con pacientes vivos, por medio de biopsias, punciones o cribados.