Los grupos invitados a la trigésimo quinta edición de las Xornadas de Folclore han desfilado por las calles más céntricas de Ourense antes de mostrar al público una pequeña dosis de su arte y ritmos, los cuales llevan desde el 7 de agosto y estarán hasta el miércoles 15 de agosto recorriendo la provincia de Ourense en actuaciones en las que la fiesta se anima gracias a bailes tradicionales de todas partes del mundo.

A las 22.30, los seis grupos participantes de las Xornadas se situaban en el final del Paseo, para así en orden recorrer su trayecto por Lamas Carvajal hasta entrar en la Plaza Mayor. Sudáfrica, seguida por Ucrania, presidió el desfile, ya que musicalmente sus instrumentos cuentan con más fuerza para hacer de la caminata objeto de interés de los viandantes públicos. Detrás, seguían Colombia, Argentina, Bielorrusia y por último la representante del continente de Oceanía, Tahití. Una vez en la Plaza Mayor, los grupos han sido presentados y pasando por delante del público, se han ido colocando para iniciar el espectáculo.

Cada actuación, con una media ya prevista de doce minutos, representó la música folclore originaria de cada grupo, invadiendo de ritmos contagiosos que deleitaron a todos los interesados que o bien ya habían anotado en su agenda la convocatoria o bien se unieron al ver los colores, sonidos y vestidos del desfile. De la misma manera que en los años anteriores, la expectación creada fue masiva y los ourensanos no fallaron a su cita, por lo que el ambiente era de fiesta y disfrute total por parte del público y de los artistas. La gente esperaba tremendamente ilusionada una nueva muestra de cultura internacional en Ourense, una iniciativa que a través del baile y de la música ayude a comprender la forma de vivir en otros lados del mundo, aunque en ocasiones la información que nos llega sobre esos lugares suele ser más bien escasa.

Ourense multicultural

Abrió el espectáculo Argentina a través de Ballet Caldén Gaucho, un grupo creado en 2014 que mostró su repertorio de ballet con bailes típicos y tradicionales de todo el país. Una vez inaugurado el acto y con la Plaza Mayor hasta la bandera, Belaya Rus sorprendió por el colorido de sus trajes y la coordinación de sus ocho músicos que tocaban instrumentos del país.

Le siguió Tahití, quizás la cultura más desconocida entre todas las congregadas en esta edición XXXV de las Xornadas Folclóricas y probablemente la que en términos de sorpresa llamó más la atención del público. Los ropajes de los integrantes, propios de la cultura oceánica más arraigada, también dejaron boquiabiertos a los ourensanos.

Colombia fue el tercer grupo y para finalizar, Sudáfrica y Ucrania también aportaron su píldora de doce minutos de color y sonido, los europeos con sus más de cincuenta miembros que muestra la multiculturalidad del país propio y de los fronterizos. Los atuendos de Ama-Zebra, el grupo sudafricano, junto con el estruendo de sus tambores que dotaban el ambiente de una energía fulminante, dejó a los espectadores patidifusos y extremadamente excitados al convertirse en probablemente la mejor actuación de los sesenta minutos de exhibición que se pudieron contemplar gracias al ritmo tan potente que acompaña sus danzas folclóricas.

Ya finalizada la celebración, en cuanto la Plaza Mayor se vació la organización procedió a recoger todo el material utilizado para el festival. Por delante quedan tres actuaciones más. Dos el martes, en Entrimo y Verín, y una el miércoles en Ribadavia. Así se despedirá una nueva edición de Xornadas Folclóricas, quizás la fiesta que relaciona bailes y cultura más característica del verano ourensano.