Sin descartar ninguna hipótesis por el momento, la Guardia Civil recaba testimonios entre los vecinos y el entorno de D. D., de 47 años, el hombre desaparecido que, según la hipótesis principal, las conclusiones iniciales y lo que dan por hecho los vecinos, es la persona que el domingo por la tarde murió calcinado en el interior de un vehículo a nombre de su hermano G., en una pista forestal de tierra que une la localidad de Albite -una aldea de 21 vecinos censados, según el IGE, en la que ambos residían juntos- y Prado, en el municipio ourensano de Muíños, comarca de Baixa Limia. Tras la prueba de autopsia efectuada ayer en el hospital de Ourense, las conclusiones todavía no son firmes. La identificación definitiva mediante el ADN durará entre 15 o 20 días, según los expertos, una vez que se conozcan los resultados remitidos al laboratorio forense.

El levantamiento del cadáver se llevó a cabo en torno a las 12 de la madrugada del domingo al lunes, tras el visto bueno de la autoridad. El coche calcinado, un Renault Laguna, fue retirado de la pista en la que ardió y trasladado al cuartel de la Guardia Civil en Lobios, donde ayer permanecía acordonado. Sin comunicar certezas sobre las causas de este suceso, fuentes consultadas apuntan como una de las posibles hipótesis que el hombre hubiera sufrido alguna indisposición cuando circulaba con su coche. El vehículo empezó a arder y él no consiguió salir a tiempo del habitáculo en llamas. Desde hace unos meses tenía problemas de movilidad y la salud deteriorada, después de haber sufrido una caída en un prado.

La tarde del suceso, su hermano G. -que no se explica cómo pudo suceder todo, según declaraciones a la TVG- estaba trabajando en una finca, cerca del lugar del incendio, a entre 500 y 800 metros, según las fuentes consultadas. Al parecer, el coche de este, un todoterreno con remolque en el que estaba cargando maleza, sufrió una avería y quedó atascado en la cuneta. Unos vecinos acudieron ayer por la mañana para ayudarlo a arrancar el motor. que el fallecido acudiera a auxiliar a su hermano tras la avería, o que el segundo no llegara a llamarlo -hipótesis que ayer se manejaban-, una de las circunstancias que indaga la Guardia Civil.

Del suceso tuvo conocimiento el 112 a las 20.36 horas del domingo. El servicio de coordinación de emergencias movilizó al GES de Muíños. A las 20.53 localizaron el vehículo ardiendo en la pista, con el incendio ya avanzado. En el interior estaba el cadáver. La puerta del conductor estaba abierta y la posición del cuerpo sugería, según fuentes del operativo, que la víctima trataba de salir del turismo.

Finalizada la extinción, los médicos del PAC de Bande solo pudieron certificar la muerte. Con vecinos en las proximidades sobrecogidos por la noticia, la Guardia Civil estableció un perímetro y acordonó la zona. Acudió el forense y el servicio judicial, que autorizó el levantamiento del cuerpo. Tras la autopsia, las pesquisas continúan.

Mientras las entrevistas y declaraciones continúan -hoy varios testigos estaban citados en el cuartel-, ayer se llevó a cabo la autopsia y la identificación del cuerpo calcinado. Para poner nombre a un cadáver difícil de reconocer, los forenses recurren a datos odontológicos y muestras de ADN de algún objeto de la supuesta víctima -como un cepille de dientes o un peine- para comparar con el del cuerpo. Asimismo, se realizan radiografías en busca de prótesis, proyectiles o cualquier elemento identificativo.

El protocolo establece, por otra parte, análisis toxicológicos o histopatológicos, por si existiera una patología de basa que pudiera causar la muerte. Los resultados de este caso estarán dentro de 2 a 3 semanas.

Además de D. y G., en la familia hay otros dos hermanos -un varón y una mujer- que residen fuera de Galicia y fueron informados. Los dos primeros, solteros, vivían solos en una casa de Albite desde la muerte de su madre, hace unos meses. El desaparecido cobraba una ayuda Risga de inserción social, mientras que G., más joven, trabaja como operario forestal en el Parque Natural del Xurés.