En el actual año hidrológico 2016/17 -comenzado el 01 de octubre de 2016-, la precipitación acumulada media en la provincia de Ourense, según datos del 23 de julio, ha sido de 683,6 l/m2, un 36% por debajo de la media histórica, siendo dicha media histórica entre 1980/81 y 2011/12 de 1.060,8 l/m2. En el año hidrológico anterior, 2015/16, a esta altura del año la precipitación registrada era de 1.417,2 l/m2, un 34% por encima de la media histórica y más del doble que la del año 2016/17, según la Confederación Hidrográfica Miño Sil (CHMS).

En la última semana se han registrado 1,1 l/m2. El grueso de las precipitaciones del presente año hidrológico se han producido principalmente en cuatro periodos: 11-23 de octubre (47,8 l/m2), 01-28 de noviembre (119,2 l/m2), 24 de enero-19 de febrero (214,7 l/m2) y 8-14 de mayo (66,5 l/m2). En estos periodos se recogieron 448,2, de los 683,6 l/m2 (66%) que registra actualmente el presente año hidrológico. Mensualmente pueden destacarse los meses de febrero y mayo como húmedos, y los meses de octubre, diciembre, enero y, especialmente abril, como secos.

Los concellos de A Rúa y Petín solicitaron a la CHMS el cambio de toma para abastecimiento, por la vía de urgencia. Hasta ahora tenían autorizada la concesión en varios puntos del río y también del embalse de Santa Eulalia.

La cuenca del Miño-Sil está en prealerta por sequía meteorológica desde el pasado 13 de enero. Ante esta situación, el organismo de cuenca ha activado medidas de concienciación social para conseguir un uso responsable del recurso, de acuerdo con lo recogido en el Plan Especial de la Sequía. "Esta labor de concienciación sobre la importancia del agua como recurso, necesario, limitado y dependiente de las condiciones climáticas es, si cabe, más importante que en otras cuencas hidrográficas, al estar dirigida a una población no acostumbrada a sufrir restricciones de agua", destacan responsables de la CHMS.

En gran parte del territorio de la demarcación Miño-Sil los terrenos "son fundamentalmente graníticos que, por alteración, da lugar a superficies muy permeables donde disminuye muy rápidamente el nivel freático, si no se producen lluvias continuadas, haciéndolos particularmente vulnerables a los efectos de una falta prolongada de precipitaciones".