Los trabajos que se pusieron en marcha para la demolición de los digestores de la antigua Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Reza suponen el inicio de la actuación proyectada en ese terreno, que se convertirá en una espacio verde para la ciudad. Se trata de todo el operativo que hasta ahora han estado en funcionamiento, por lo que desde el gobierno municipal se alerta de "molestias excepcionales" que pueden causar a los vecinos de la zona los malos olores que se perciben por culpa de las actuaciones que están previstas.

Afecta a la parte de la depuradora donde se almacenan todos los lodos que resultan del proceso de depuración de las aguas que llegan a la misma y que luego son utilizados con fines agrícolas. Los digestores son un contenedor sellado de forma cilíndrica, en el que entran los residuos que es preciso tratar adecuadamente humedecidos. En dicho recinto no existe oxígeno y las bacterias se multiplican y procesan la materia orgánica produciendo gas metano.

De ahí que el concejal de Medio Ambiente, José Araújo, señale que dichos trabajos conllevarán un incremento de los malos olores en toda la zona de Reza, por lo que pide disculpas por esa situación y que espera sea el menor tiempo posible.

Así, según los datos que maneja el responsable de Medio Ambiente, lo que afecta a la demolición de los digestores podría prolongarse por espacio "de dos semanas o algo más". Y explicar que el proyecto para la reconversión del espacio donde se asienta la actual depuradora, para convertirlo en un parque, la previsión es que pueda estar finalizado en junio.

En cuanto a las deficiencias que tenía la antigua depuradora, como los malos olores que emitía debido al proceso que se lleva a cabo, así como ruidos, Araújo señala que con la nueva infraestructura, que ya superó el periodo de pruebas, esos problemas desaparecen al contar con tecnología de última generación. Es por eso que los problemas que surjan con las obras de demolición asegura que "serán puntuales", aunque reconoce que "son molestos".

Liquidación pendiente

Otra de las cuestiones que sigue sobre la mesa es la relacionada con la diferencias que existen entre el Concello y Aguas de las Cuencas de España (Acuaes) relativa a la liquidación de las obras de la nueva estación depuradora, y que persiste desde la última reunión que celebró la comisión de seguimiento, en la que están representantes de las tres administraciones -Estado, Xunta y Concello-, que realizaron aportaciones para el desarrollo del proyecto.

Sobre esta cuestión, el edil de Medio Ambiente reconocía ayer a FARO que "seguimos pendientes de llegar a un acuerdo", por lo que se mantienen las discusiones sobre una diferencia que estaría entorno a un millón de euros, que se le pretende imputar al Concello.

Una cuantía económica que está relacionada con la nueva acometida eléctrica, necesaria para garantizar el perfecto funcionamiento de la nueva infraestructura, así como lo relacionado con la "encomienda de gestión" durante todo el periodo de pruebas de la nueva instalación, así como otros importes que evitó concretar Araújo, y que provocan las diferencias que existen.

El Concello se entiende que se incrementaron los costes y que afectan a la aportación que debe realizar, fijada en el convenio firmado en su momento del 5% de una inversión que supera los 59,3 millones de euros, ya que el 75% corresponde al Ministerio de Medio Ambiente, a través de la empresa Aguas de las Cuencas de España (Acuaes), mientras que el 20% restante lo aportó la Xunta, en concreto algo más de 10,1 millones de euros.