La conexión emocional entre una película y el público no es una fórmula matemática y llenar la sala de butacas de un auditorio no siempre garantiza una buena crítica del espectador, más aún cuando entre el elenco de protagonistas no figuran destacadas "estrellas" del celuloide y en los créditos no figura que haya sido rodada en New York o Manhattan.

Algo diferente han tenido que saber transmitir Mónica Ferreiro y Óscar Rodríguez, Helena y Pablo en la ficción, para que su historia, tan real como ficticia, haya cautivado a cerca de 1000 espectadores en tan sólo dos fines de semana. El público ourensano ha hecho suyo este film que más allá de los tópicos tradicionalmente explotados en la gran pantalla está removiendo sentimientos, prejuicios e incluso la intención comercial del cine.

Después de colgar el cartel de aforo completo para su estreno en el auditorio de Ourense, Vida e máis ca vida ha vuelto a llenar las butacas de esta improvisada sala de cine en cada una de las proyecciones de los últimos fines de semana.