J.J.M., de 42 años, se recupera en casa de la indisposición que sufrió ayer mientras se fajaba junto a sus compañeros de la BRIF de Laza en la extinción del incendio de Oímbra, que ha arrasado unas 100 hectáreas de superficie forestal.
Aplicando su preparación para situaciones de emergencia, sus compañeros tuvieron que improvisar una camilla para retirarlo de la zona de peligro. Lo condujeron hasta una ambulancia, que lo trasladó al punto de aterrizaje del helicóptero medicalizado del 112. Después fue evacuado al hospital de Ourense, donde el personal sanitario confirmó que había sufrido una intoxicación por humo. A las 3,15 horas recibió alta tras permanecer en observación, con tratamiento de oxígeno y algún relajante.
En un primer momento, el brigadista perdió la consciencia. Según manifestó esta mañana a FARO, es la primera vez que sufre un percance así en 19 años de experiencia. "Ocurrió después de controlar una reproducción. Éramos pocos y queríamos que no avanzara. Después de apagarlo, me senté y no recuerdo mucho más, solo que me costaba respirar", relató. J.J.M. descansa ahora en su casa. Todavía tiene calambres por diversas partes del cuerpo y dolor en el pecho, pero confía en su recuperación.
La BRIF de Laza ha protagonizado tres días de huelga, junto a las otros 9 destacamentos que existen en España de brigadas helitransportadas, para reclamar una mejora de sus condiciones de trabajo. Piden que se les reconozca la categoría de bombero profesional y la creación de la segunda actividad. Son trabajadores fijos discontinuos que ejercen labores de prevención y extinción 11 meses al año. Los helicópteros (este año los recibieron con demora, ya comenzada la campaña de alto riesgo) les permiten desplazarse a las mismas fauces del fuego en apenas minutos. Cobran 900 euros por jugarse la vida.
Entre los días 15 y 17 de julio programaron 3 días de huelga para reivindicar sus derechos. En ninguna de esas tres jornadas desatendieron su labor. El último día de protesta de hecho, encadenaron tres incendios seguidos.
