El carrocero Francisco Rodríguez Porto alerta de que Ourense puede perder la tradición de la Batalla de Flores. Tiene la sospecha -casi la certeza- de que el Concello intenta sustituir las diez carrozas que suelen cubrir el recorrido desde la explanada de la Comisaría de Policía, a la rúa Curros Enríquez, Juan XXIII, Progreso y Praza Mayor, con 350 niños abordo, lanzando cintas de colores, confeti y caramelos, por un desfile de gigantes y cabezudos.

Rodríguez Porto considera que el Concello "va a cometer un grave error", comparable con "trasladar las Burgas del lugar en el que se encuentran a otra zona de la ciudad", al intentar suplir "uno de los eventos más participativos de la ciudad, en el que se vuelcan miles de personas", por un desfile de gigantes y cabezudos "característico de San Sebastián". Por lo que le propuso al coordinador cultural del Concello, Manuel Freire, que intentara intercalar los gigantes, cabezudos y agrupaciones folclóricas entre las carrozas, "como hacen en A Coruña y Pontevedra", con el fin de darle un mayor impulso a la Batalla de Flores.

Tradicionalmente, en la Batalla de Flores participaban en torno a una docena de carrozas, confeccionadas por distintas agrupaciones y colectivos vecinales de diversos puntos de la ciudad. Pero hace treinta años el modelo entró en crisis, al encontrarse con el problema de que el Concello exigía que le presentaran facturas con IVA, debido al montante del desembolso que tenía que hacer. En ese momento surgió la empresa Porto, con Francisco Rodríguez al frente, que se adaptó a las nuevas necesidades. Y a partir de esa fecha alcanzó un alto grado de especialización, en la preparación de carrozas, decorados y manualidades, por lo que acapara gran parte de las celebraciones realizadas en el norte de España.

Rodríguez Porto aclara que no se van a suprimir las carrozas de la Batalla de Flores por motivos económicos. "Yo le he dado todo tipo de facilidades al Concello", subraya. Se prestaba a negociar a la baja la cantidad de 7.000 euros más IVA que cobró el año pasado por diez carrozas, "casi lo que le cuesta un grupo de gaitas". Pero obtuvo como respuesta que la Concejalía de Cultura "quiere hacer una innovación".

Tras varios meses de contactos con el Concello, Porto explica que se enteró de la decisión adoptada cuando lo llamó una madre, quejándose de que les habían comunicado a los niños en el colegio que no participarían en la Batalla de Flores, como solían hacer desde hace años. Por lo tanto, considera que el alcalde "no se enteró de la decisión hasta la jornada de ayer".

Consultada la concejal de Cultura, Ana Garrido, sobre la posible supresión de las carrozas en la Batalla de Flores, se limitó a indicar que en la jornada de hoy se presenta el programa de fiestas, con la aclaración de este punto.

Durante las tres últimas décadas, Francisco Rodríguez Porto se ocupó de preparar diez carrozas montadas sobre remolques de ocho metros de largo, tirados por todoterrenos. Utiliza las gabarras como plataforma, sobre la que coloca los decorados, a base de figuras de porexpan, recubiertas con cartón, papel, tela y pintura. Mediante esta técnica, crea el decorado y la parte temática, como una escena dedicada a instrumentos y notas musicales, mientras que en otras se pueden ver figuras de Walt Disney, elementos fantásticos, recreación de cuentos infantiles, motivos de primavera y el popular Bob Esponja.

La tradición de la Batalla de Flores está documentada en Ourense "desde la época de la Primera República", destaca Francisco Rodríguez Porto. "En aquel momento la carrozas eran distintas. Las hacían con carros de bueyes, decoradas con ramas del campo. Participaban cofradías de distintos puntos de la provincia", agrega. Y lamenta que este año "se vaya a romper esta tradición, por primera vez en la historia".