Carmiña, podría ser el nombre de cualquier mujer gallega a la que sus padres le pusieran Carmen cuando nació, pero en este caso, este nombre tan característico de Galicia lo lleva por todo el mundo una muñeca, que se hace cien por cien en Ourense.

Su madre, es la diseñadora, América Soto, quien la trajo al mundo hace un año y medio, y que después de este tiempo está muy satisfecha con las acogida tan buena que ha tenido.

Soto explica que “en estos momentos hay unas seis mil Carmiñas por todo el mundo”, y casi todas “en casas de emigrantes”.

Es sin duda uno de los regalos estrellas que en estos momentos hacen instituciones como la Diputación o el concello de Ourense, por esto de ser un obsequio de gran valor artístico y que además representa a la cultura gallega.

Esta muñeca, destinada a decorar y no a jugar, vale unos 250 euros, pero como dice su creadora América Soto, “está hecha toda a mano, cada piedra se coloca una a una y lleva mucho trabajo”. En concreto, “para hacer cada Carmiña”, añade, “hacen falta seis horas para hacer todo lo interior, como son los pololos, la enagua, la blusa, y otras seis para el exterior, además de que viene en una caja de cristal”.

Pero esta pequeña obra de arte se comercializa con dos vestidos, uno es el traje tradicional gallego de gala y el otro la ropa de faena. Es que esta muñeca se ha concebido como un homenaje a las hijas de los gallegos emigraron, además de como un esfuerzo por preservar nuestra historia y pasado.

Dada la repercusión que ha tenido hasta ahora, esta muñeca, los últimos pedidos que la reclaman para poder conseguirla y poder presumir de ella son los Centros Gallegos de México y Bélgica”.

Los vestuarios

Pero además, de las Carmiñas, América Soto también es especialista en la recuperación de vestuarios y en la confección de los mismos.

En este sentido, la empresa de Soto, líder española en vestuario especializado hace muchos más que crear trajes de época, regionales, tradicionales e históricos, incluyendo cine, teatro, televisión y fiestas, porque detrás de cada uno de los encargos que recibe hay meses de investigación, que abarca desde las costumbres de las época hasta los tejidos usados.

De esta manera desde que comienza el año, América Soto afirma que “no paramos, hacemos vestuarios para la cabalgata de reyes, luego seguimos con los carnavales y después con las fiestas medievales a lo largo de toda la geografía de este país, empezando por Baiona, siguiendo por Bilbao, y luego Betanzos, Costa da Morte, Ferrol, Pontevedra, Ribadavia, para terminar en Córdoba y Granada”.

Este trabajo, el de América Soto y todo su equipo, que se lleva realizando desde hace más de tres décadas, ha hecho que la artesanía y diseño ourensano sean el icono a seguir para otros artistas del “mundillo”, tanto nacionales como internacionales.