Derecho a participar en la vida pública y asumir que la discapacidad no es una enfermedad. Son las dos grandes peticiones formuladas por Aspamsim ADisCa en la celebración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad. O más bien, como defienden estos dos colectivos, el día de las personas con "capacidades diferentes". Ayer celebraron esta jornada en Cangas con una mezcla de música y reivindicación, en la que las asociaciones contaron con el apoyo de la Obra Social de CaixaBank.

Los actos comenzaron con un recorrido por algunos de los espacios emblemáticos del Concello de Cangas, como el Eirado do Señal, el reloj, la alameda... y en cada uno de esos lugares públicos hubo una actuación musical a base de percusión. El itinerario concluyó delante de la casa consistorial, donde se procedió a la lectura de un manifiesto y a hacer volar unos farolillos de luz como símbolo de los deseos expresados en esta jornada. Uno de los objetivos de Aspamsim y ADisCa es hacer ver que la discapacidad forma parte de la condición humana. "Todos somos o seremos discapacitados en un un grado u otro durante el transcurso de nuestras vidas. Todas las personas que viven con alguna discapacidad se enfrentan muchas veces a barreras que dificultan o impiden su inclusión, en muchos aspectos clave de la sociedad, ya sean barreras arquitectónicas o sociales", subrayan.

Las reivindicaciones expresadas en el manifiesto leído ayer delante del Concello de Cangas estaban vinculadas a estas ideas. La primera petición es la defensa del derecho a participar en la vida pública, algo que resulta "esencial para reducir las desigualdades" que existen la sociedad. Para ello es necesario eliminar las barreras arquitectónicas y contar con transporte público adaptado a personas con movilidad reducida, libre acceso a los establecimientos públicos o facilitar la inserción laboral, entre otras medidas.

Pero el manifiesto también aludió a las barreras sociales, que en muchas ocasiones son más difíciles de superar que las físicas. "La sociedad debe asumir que la discapacidad no es una enfermedad. Hay que modificar la imagen social de la personas con diversidad funcional, que a veces es la mayor barrera para su participación y desarrollo en igualdad de condiciones", afirman Aspamsim y ADisCa. Subrayan que "no pedimos privilegios, solo pedimos que respeten nuestros derechos. No queremos ser má que los demás, pero tampoco menos", sentencian.

En Moaña la corporación municipal también realizó un acto de reivindicación de los derechos de las personas con discapacidad. El bipartito y el resto de ediles organizaron la conmemoración de la fecha tras la petición en el último pleno del vecino José Carlos Martínez Coello, muy activo en política, militante del PP y que tiene síndrome de Down. Acudieron también tres vecinos de Moaña con discapacidad con sus familias y la presidenta de la asociación Xoga tradujo los discursos a lengua de signos, lo que fue agradecido por la alcadesa, Leticia Santos.

José Carlos Martínez intervino para exigir una "eduación inclusiva", así como participar en cualquier evento social "porque tenemos opiniones y sueños". La regidora leyó un manifiesto institucional defendiendo la eliminación de barreras y asumiendo que "la diversidad es postiva y todos tenemos derecho a vivir en igualdad.