Los amantes de la música tradicional y de la historia tuvieron ayer una cita ineludible en el centro cultural de Quintela. Pero sobre todo fue una ocasión especial para todos aquellos moañeses que todavía recuerdan el acontecimiento social que suponía la llegada de la Feira de Abelendo, de cuya primera celebración se cumplió este otoño 180 años.

Tras retrasar la conmemoración prevista para octubre, por el mal tiempo, el Concello decidió ayer modificar la recreación de la feria ambientada en los años 50 del pasado siglo por un festival a modo de recuerdo, que se desarrolló a cubierto.

Las actividades comenzaron a las 17.00 horas con una exposición fotográfica sobre la historia de esta feria. En las fotografías se pudieron observar tanto el ganado con el que se comerciaba como otras atracciones a cargo de retratistas o ciegos con lazarillo y acordeones o violines, como el famoso "Cego de Padrenda" que a finales del siglo XIX recorría todas las ferias del sur de Galicia.

La exposición estuvo guiada por el investigador de la historia local Manuel Uxío García Barreiro, que narró cómo la reina Isabel II aprobó la celebración de este evento en 1839 para aliviar el pago de impuestos. Comenzó siendo mensual, tras la Desamortización de Madoz, que la puso en peligro, pasó incluso a ser quincenal.

En 1976 dejó de celebrarse, cuando ya llevaba años con mucha menos afluencia. Se pasó al barrio de O Casal hasta 1982 y se celebró en A Xunqueira hasta su cierre definitivo en 1986.

Dentro del auditorio de Quintela los espectáculos comenzaron con una actuación infantil y familiar a cargo de Anxo Moure y Servando Barreiro, titulada "A música das árbores".

A partir de las 18.30 horas la música tradicional se convirtió en la absoluta protagonista de la tarde, primero con la orquesta O Fiadeiro y finalmente con el grupo de folk Os Carunchos, cuyas gaitas resonaron hasta ya entrada la noche.