La marea reivindicativa que los vecinos de Ons quieren llevar el próximo fin de semana a la isla incluye una exposición fotográfica, pero no compuesta únicamente por fotos antiguas, sino también con otras más recientes. "Que se vexa que nós e os nosos fillos tamén sentimos a illa e que somos de alí", explica María José Pérez. A las pancartas que se colgaron durante el fin de semana se sumarán una serie de carteles y dípticos en los que quieren explicar a los visitantes y turistas sus peticiones. "Temos pasado e queremos ter futuro", resumen.

"Só loitamos polos nosos dereitos, polo que nos corresponde por historia e por respecto ao traballo e sacrificio dos nosos antepasados, que foron os que mantiveron a illa e nós queremos seguir facéndoo", afirman los vecinos.

La relación entre los isleños y la administración es una historia de recelos y desconfianza, una historia que muchos vecinos califican como de "promesas sen cumplir" e incluso "traicións", como se escuchaba ayer en los cánticos.

La declaración de Ons y del resto de las islas como parque nacional vino acompañada del compromiso de que se respetarían los usos y costumbres tradicionales, algo que una mayoría vecinal sostiene que no se cumple. A ello se une la reivindicación por la propiedad de las viviendas. Los isleños son concesionarios y no propietarios puesto que la Xunta de Galicia siempre ha argumentado que el carácter demanial del archipiélago no permite reconocer esa titularidad vecinal. Las concesiones tienen una vigencia de 75 años, un plazo que en principio no es prorrogable. "As casas das nosas familias foron expropiadas. A día de hoxe estamos obrigados a pagar unha concesión de máis de 1.000 euros anuais se queremos manter as casas dos nosos antepasados", argumentan.

La obligación de tramitar una tarjeta de residente para poder acceder fuera del cupo es una muesca más en esa cadena de desconfianzas. "Négannos o acceso libre a illa. Para conseguilo obríganos, unha vz máis, a facer un carné nominativo, que non o poden ter nin sobriños e moito menos a familia política. Polo tanto os nosos amigos tampouco poden visitar as nosas casas", manifiestan los vecinos de la isla bueuesa.