"Lamentablemente, esta asociación tiene que denunciar la situación que sufre Viñó año tras año en la temporada estival". Es parte del contenido de un escrito dirigido ayer por el colectivo vecinal que preside Esperanza Veiga al alcalde de Cangas en funciones, Xosé Manuel Pazos, y a los grupos políticos de la corporación, a los que recuerda las demandas remitidas en los últimos años y desatendidas por el Concello, especialmente para realizar desbroces, reparar socavones u ordenar el tráfico en la zona, cuya situación es "caótica" y no aprecian avances.

"Esto es un caos, sobre todo los fines de semana", aseguran desde la Asociación de vecinos y propietarios de Viñó, que alude principalmente a las "deficiencias de tráfico" que los responsables municipales no solucionan y a la "falta de concienciación por parte de los visitantes", que buscan aparcamiento en caminos, "llegando incluso a bloquear alguno sistemáticamente", con las consiguientes molestias al vecindario y a los equipos de emergencias que deban desplazarse por un incendio, un accidente u otros motivos. Solo "cuando los caminos están saturados aparcan en los parkings", para ahorrar los "dos o tres euros que cuesta todo el día", el mismo precio que una hora en las ciudades, calculan.

Desde el 25 de junio de 2015, cuando Esperanza Veiga entregó un escrito al actual regidor con las deficiencias y demandas para Viñó, han pasado cuatro años y "la situación es igual de caótica". Los afectados consideran "una burla recibir las quejas y no hacer nada por solucionar los problemas", y piden "que se vele por la seguridad de los que aquí vivimos y de todo el que nos visita".

Añade el colectivo que "cada día de caos y abandono" se refleja en nuevas quejas y fotografías remitidas también a la Policía Local" para que actúen en consecuencia, aunque sin éxito. "En Viñó solo pedimos que se pongan manos a la obra y trabajen por sus vecinos para que este barrio forme parte de ese Cangas para vivir", remachan.