Estos días los vecinos de Ons no dejan de repetir que este espacio "non é unha illa, é un sentimento". La aprobación del Plan Rector de Usos y Gestión (PRUG) del Parque Nacional Illas Atlánticas levantó recelos entre los isleños, una desconfianza que ahora muchos ven justificada. La tarjeta identificativa que propone la Consellería de Medio Ambiente para que los vecinos puedan entrar en la isla fuera del cupo general de visitantes no convence, sobre todo porque entienden que no garantiza un acceso libre a la isla, ni a ellos ni a su círculo familiar y de amigos. "Para identificarnos ya tenemos el DNI y tenemos derecho a llevar a nuestra casa a quien queramos. No queremos una tarjeta VIP para ir a Ons", claman.

La polémica de las últimas semanas es una vuelta de tuerca más en esa desconfianza que los isleños sienten hacia la Administración y todo lo que conlleva formar parte del Parque Nacional Illas Atlánticas. "No tenía que formar parte del Parque Nacional. Ons es una isla habitada, es un mundo aparte de Cíes, Sálvora o Cortegada. Lo único que pedimos es que nos respeten", argumentan los hermanos Arturo y Esther Goberna, de la casa número 82, en el Canexol. Junto a ellos hay otros vecinos, como Marcelino Piñeiro (vivienda número 81), Emilia Pérez (número 36), Josefa y Carmen Patiño (número 20) o Rosa Pérez (número 88). Hay una especie de mantra en el que los vecinos insisten, tal como se pudo escuchar en la asamblea del lunes y que ayer un grupo de concesionarios reunidos para FARO volvía a repetir. "Primero echaron a los perros, luego a los gatos y ahora nos quieren echar a nosotros", enumeran.

Los isleños quieren que se respete el libre acceso a la isla para ellos y para sus allegados. Exigen a la Consellería de Medio Ambiente que busque alternativas distintas a la de la tarjeta identificativa que ya se ha empezado a distribuir. "Yo no sé quien la tiene o la ha pedido, pero nosotros no lo vamos a hacer", afirman algunos. Una de las soluciones que proponen es que elabore un censo en el que figuren todos los isleños y descendientes y que cuando inviten a personas a sus viviendas queden fuera del cupo de visitantes, lo que no significa que no exista un control. "Pueden hacerlo en el momento en que saquen los billetes, indicando a que vivienda van a ir y luego comprobarlo", apuntan algunos. En este sentido puntualizan. "No estamos hablando de que queramos meter todos los días a 20 personas en nuestras casas, pero queremos tener libertad para traer a nuestra familia y amigos en fechas muy señaladas", subrayan.

Los vecinos de Ons sienten que son una especie de daño colateral dentro del Parque Nacional Illas Atlánticas. "Hasta hace algo más de un año no había ningún problema. El problema lo crearon ellos [Xunta y Parques] cuando empezaron a traer barcos llenos de gente desde Vigo, Cangas o Portonovo. La culpa es suya, pero pagamos nosotros", afirman. La sensación es que aquella promesa de respetar "los usos y costumbres tradicionales" no se cumple. "Lo único que hacen es prohibir y quieren todo para ellos", se quejan. Su deseo es que a partir del lunes se llegue a una solución de consenso y les gustaría que responsables de la consellería acudiesen a Bueu "a dar a cara" delante de los vecinos. "Nosotros y nuestras casas ya estabamos en Ons antes que la Xunta. Queremos que nos respeten", sentencian.

Aprobación Consello de la Xunta

La Xunta aprobó en su último Consello del año 2018 el Plan Rector de Usos y Gestión (PRUG) de las Illas Atlánticas, que por primera vez incluye topes para la isla de Ons.

Medio Ambiente dice que los isleños quedan fuera del cupo

Después de las dudas mostradas por la asociación vecinal, Medio Ambiente asegura que los isleños quedan fuera del cupo y se compromete a reunirse con los vecinos.

Entrada en vigor del PRUG

Casi 20 años después de la declaración del parque nacional, entra en vigor el PRUG.

Reunión en el Museo Massó con vecinos

El 3 de abril la directora xeral de Patrimonio Natural se reúne con un grupo de vecinos en el Museo Massó para explicar los criterios para acceder a la tarjeta, que solo será para concesionarios y ascendentes y descendientes directos. Los isleños comienzan a organizarse y el Concello de Bueu inicia una serie de asambleas vecinales.

Declaración institucional en el pleno de Bueu

El pleno de Bueu aprobó en su última sesión ordinaria del actual mandato una declaración institucional en apoyo de los vecinos, que contó con el respaldo de todos los grupos políticos.

Más de 200 personas protestan en Santiago

Medio Ambiente cancela en el último momento una reunión con la corporación y representantes vecinales. Concello y vecinos deciden trasladarse igualmente a Santiago y se concentran delante de la sede de la consellería para exigir el acceso libre a la isla.

Marcelino Piñeiro - Vecino de la casa 81

Marcelino Piñeiro - Vecino de la casa 81

"No vamos de visita, vamos a trabajar y a cuidar lo que ellos no cuidan"

Marcelino Piñeiro tiene 75 años y cuando habla de Ons recuerda a sus padres y abuelos, que están allí enterrados y que "se dejaron la piel trabajando en la isla". Él, al igual que la gran mayoría de los vecinos se vino para Bueu en la década de 1970. "Tuvimos que venir para Bueu obligados porque allí no teníamos servicios, pero nunca dejamos de ir a la isla y a nuestras casas", cuenta este hombre, que reivindica que "nosotros y nuestras familias y amigos seamos libres para ir a Ons, como fue siempre".

"Cuando vamos a la isla no vamos de visita turística, vamos a trabajar, a cuidar lo que ellos no cuidan porque limpiamos y trabajamos los terrenos. Deberían darnos a nosotros una medalla por aguantar y mantener la isla", defiende Marcelino Piñeiro Otero.

"Parece que en la isla somos como animales en una jaula, lo único que hacen es azuzarnos y somos nosotros los que llevamos allí toda la vida", se lamenta este hombre de 75 años, que conserva la vivienda de su familia en el lugar de Canexol.

Rosa Pérez - Vecina de la casa 88

Rosa Pérez - Vecina de la casa 88

"Con sus criterios yo no podría ir a mi casa"

Rosa Pérez recuerda que a su casa en la isla siempre pudieron ir familiares no isleños y amigos sin ningún tipo de problema. "Ahora tengo problemas de salud y no me puedo valer por mí misma. Con esos criterios que tienen algunas de las personas que me ayudan no podrían venir a la isla fuera del cupo del cupo de visitantes. Yo no puedo estar sola, así que de esa manera yo tampoco podría ir a mi casa", se queja. Ella comparte la sensación de que "parece que nos quieren expulsar, es como si quisieran convertir aquello en un circo". "Deberían agradecernos todo el trabajo que hacemos porque ayudamos a mantener limpia y en buenas condiciones la isla", insiste. Esta mujer diferencia entre la Xunta y Parques Nacionales como entidades y entre el personal que tienen destinado en la isla. "Yo tengo reconocer que estoy muy contenta con la gente trabaja allí, conmigo siempre se han portado muy bien", dice.

Josefa Patiño - Vecina de la casa 20

Josefa Patiño - Vecina de la casa 20

"Antes de la Xunta ya estaban las viviendas"

Josefa y su hermana Carmen crecieron en la isla de Ons, en una vivienda en el lugar de O Curro. Eran tiempos bien diferentes a los actuales. "Eran tiempos de mucha lareca, de mucha hambre. No había servicios y a veces podíamos estar 15 o 20 días aislados por culpa del mal tiempo y de los temporales. Mire, mi padre era el enterrador. Esos de la Xunta y Parques nacionales deberían ir al cementerio cuantos niños están enterrados allí por falta de médico", recuerda esta mujer, que pese a todo no pierde el sentido del humor.

"Las casas nunca quedaron abandonadas. La gente que no tiene en Bueu terrenos sigue cultivando en Ons. Antes de llegar la Xunta a la isla ya estaban allí nuestras casas. Que ahora tengamos que tener una tarjeta VIP para ir nuestras viviendas es una falta de respeto", argumenta con la ayuda de su joven nieta.

Arturo Goberna - Vecino de la casa 82

Arturo Goberna - Vecino de la casa 82

"Nos prohíben todo, quieren la isla para ellos solos"

Arturo Goberna y su hermana Esther mantienen la vivienda familiar en lugar de Canexol y como muchos vecinos continúan cultivando en los terrenos de los alrededores para autoconsumo, a la vez que ayuda a mantener a raya la maleza. Él fue uno de los vecinos que acudió a la reunión del mes de abril con la directora xeral de Patrimonio Natural en el Museo Massó. "Solo vinieron a imponer, a todo lo que se proponía decían que no, como diciéndonos que ya nos daban bastante", lamenta. Él es de los que cree que no se cumple la promesa de respetar los usos y costumbres. "Nos prohíben todo, como tener perros o gatos porque según ellos atacan a los lagartos. Quieren tener la isla para ellos solos", se queja.

Como todos los vecinos habla de "su" vivienda pese a ser consciente de que es una concesión administrativa de 75 años. "Yo la firme en contra de mi voluntad. Pagamos una concesión anual, pero también tenemos que pagar el IBI como si fuese nuestra, lo que no es normal. La Xunta y Parques deberían ser quienes nos pagasen a nosotros", se lamenta Arturo Goberna.