La empresa que construye la Autovía do Morrazo ha entrado en la recta final de los trabajos, que ahora se ajustan a días y ya no a semanas, en una cuenta atrás que está marcada por los inconvenientes que supongan la lluvia. Así, por ejemplo, la empresa tuvo que adelantar a la tarde de ayer y ante la llegada de las lluvias fuertes, el desvío de tráfico en sentido a Cangas, en el tramo final de las obras, antes del enlace de acceso a Cangas, que por cierto lleva ya varios meses también desviado, aunque fuera del tramo en obras de autovía, por la reparación del talud.

El desvío ha consistido en el traslado de todo el tráfico que circula en sentido a Cangas al lado izquierdo de la nueva autovía para dejar libre toda la calzada derecha con el fin de poder iniciar las dos primeras fases del aglomerado de los carriles, que son la base y la capa intermedia antes de la tercera y última capa de rodadura.

En más del 70% del tronco de la autovía ya está concluida la capa intermedia de aglomerado.

En los próximos días, está previsto que la empresa proceda a cambios en el enlace de la PO-313 a Moaña y a Marín, en Broullón, que incluyen el cierre del enlace actual de incorporación y su traslado unos metros antes, ya que se hace necesario proceder al relleno para salvar las diferentes alturas del terreno. La ampliación de este enlace ha sido una obra de mucha complejidad, como también lo sigue siendo la del enlace de Meira en donde el tráfico sigue desviado por el carril de incorporación desde Cangas a Rande que se ha hecho de doble sentido, tanto de subida como de bajada.