La parroquia tomiñesa de Sobrada y la freguesía lusa de Cristelo Côvo siguen manteniendo viva la tradición del "Lanzo da Cruz", una romería ancestral que antaño se celebraba en todas las parroquias bañadas por el río Miño, pero que en la actualidad solo se conserva en estas dos comunidades de Tomiño y Valença. En ella se homenajea a los pescadores del Miño y a su oficio, agradeciendo las capturas realizadas durante el año y pidiendo que la temporada siguiente sea mejor.

El ritual se reproduce cada lunes de Pascua, en el que dos párrocos, uno de Sobrada y otro de Cristelo, bendicen a los barqueros y a sus redes para que tengan buenas jornadas de pesca y el Miño "non cobre o seu foro", es decir, que los pescadores no sufran accidentes, entendiendo "foro" como muerte. Además, el párroco gallego emprende una procesión por el río para dar a besar la cruz ornamental a los vecinos de la ribera portuguesa; mientras que su homólogo luso hace lo mismo en la orilla tomiñesa. A cambio, los barqueros ofrecen al sacerdote la primera lamprea del "lanzo".

Esta vieja tradición conservada por los pescadores del Miño y de la que se desconoce su origen destaca también por su carácter transfronterizo y de hermanamiento entre vecinos separados, y a la vez unidos, por un río. Además, entorno a este rito surgen elementos complementarios que enriquecen todavía más el "Lanzo da Cruz", como es el desfile de tractores y "chimpíns" en los que los vecinos acuden a la romería.

A pesar de la lluvia, la cita con el "Lanzo da cruz" contó con contó este año con una numerosa asistencia de vecinos y vecinas de ambos lados del río. "Treboeiros da Muimenta", "Os Chucos" y la charanga "A tu ritmo" amenizaron la jornada, la cual tocó a su fin en el Cruce dos Escampados, donde la Asociación Lanzo da Cruz invitó a todos los asistentes a una chorizada.