La Consellería de Infraestructuras ya puede confirmar que el corte al tráfico del enlace del corredor a Cangas, a la altura de Ameixoada, en Moaña, será largo, como se preveía. Por lo menos serán tres meses, señalan, tiempo durante el cual se llevarán a cabo trabajos de saneado y sostenimiento del talud, cuyo derrumbe en la madrugada del jueves 31 de enero provocó el corte de la vía. Ocurre igual que en los desprendimientos de 2014 cuando la Xunta tuvo que cortar durante cuatro meses este mismo vial de enlace para llevar a cabo obras de estabilización.

Desde Infraestructuras señalan que este último desprendimiento ocurrió en el mismo talud, pero no en el mismo punto, aunque sí en un tramo que estaba cubierto por una malla de sujeción que las piedras y tierra arrastraron en su caída hacia la calzada.

Los trabajos en el talud son complicados ya que tiene una gran altura, entre 85 y 90 metros, y hay que trabajar tanto desde el punto del desprendimiento hacia abajo, como hacia arriba para estabilizar todo. La Xunta sí confirma que aunque los trabajos se prolonguen tres meses, no van a afectar a la apertura del último tramo de conversión del corredor en autovía, que la consellería siempre había anunciado para mayo. Añade que la idea es abrir el enlace antes de que entre en funcionamiento la autovía. De lo contrario se haría muy complicado pasar de una autovía de doble carril a un corredor de uno solo y aún por encima cortado y desviado en el enlace de Cangas. Hay que recordar que desde el martes pasado, se habilitó un doble sentido en el carril de incorporación desde Cangas al corredor para que los conductores pudieran acceer a Cangas desde el mismo punto kilométrico 10+100 sin tener que recorrer 4 kilómetros más del corredor y dar un rodeo hasta Cangas por el Alto da Portela.

Desde la dirección de la obra de la autovía ya se había confirmado que se estaba estudiando a conciencia la solución a la transición de esta nueva autovía al corredor porque supone entroncar una vía de doble carril con otra de uno solo y que sigue así hasta el Alto da Portela y Aldán. La solución que se estudia es para que los conductores no tengan la falta de sensación de que de repente, pasan de dos a un solo carril. Por eso, la necesidad de que este ramal de enlace a Cangas pueda estar abierto cuando entre en servicio el tercer y último tramo de la Autovía do Morrazo.

Con respecto al talud, desde la consellería señalan que lo que se va a hacer ahora es un trabajo de emergencia de saneado y sostenimiento para que los vehículos puedan circular con garantías de seguridad; y que una vez que la autovía ya esté en funcionamiento, se va a encargar un proyecto para actuar en todo el talud del desvío en una actuación a más largo plazo. Se trata de una actuación pensada ya para actuar dentro de un año.

La altura y verticalidad de este talud ha originado grandes problemas en la seguridad el corredor. El primer gran problema se produjo en diciembre de 2006, un año después de su inauguración, cuando amenazó con caer una gran piedra, de 60 toneladas, desde lo alto del talud. En esta ocasión, el vial estuvo cortado 5 días. Los grandes desprendimientos ocurrieron en febrero y marzo de 2014. El vial estuvo cortado cuatro meses y se realizó una importante inversión de unos 400.000 euros para estabilizar el talud. La actuación se amplió también en el tramo del corredor en Coiro, a escasa distancia de este enlace, por corrimientos de tierra en otro talud, pero de menor tamaño.

Este último desprendimiento se produjo de madrugada, con poco tráfico circulando, pero la caída de piedras y tierra afectó a una moañesa que iba conduciendo su coche en sentido a Cangas para incorporarse a su puesto de trabajo como conductora de autobús. Eran las 4.15 horas cuando esta vecina de Moaña se vio empotrada en su coche, un Citroën Cactus, en la masa de piedras y tierra que ocupaba la calzada. Las piedras seguían cayendo pero ella logró salir del coche, casi ilesa, y caminar enlace abajo para poder llamar desde su móvil a su marido y a la Policía local para alertar de lo sucedido.