Las centrales sindicales que representan a los trabajadores del servicio de ambulancias convocaron concentraciones delante de los hospitales gallegos, una movilización que sirve como pistoletazo de salida para una huelga intermitente que arrancará el próximo viernes. Detrás del conflicto está la negociación del nuevo convenio colectivo para el sector, unas negociaciones que la patronal da por rotas. Los sindicatos corresponsabilizan de la situación a la Consellería de Sanidade, a la que acusan de adjudicar los contratos a pesar de saber que las ofertas se hicieron a la baja.

Los paros tendrán carácter intermitente y serán por tramos de días hasta el próximo 10 de marzo. Si antes de esa fecha no se alcanza un acuerdo se pasará a una huelga indefinida. Solamene se respetarán los servicios de urgencia, oncología y hemodiálisis. Las negociaciones entre los sindicatos y las empresas que tienen las concesiones en las distintas áreas sanitarias están actualmente rotas. La patronal plantea una reducción salarial del 10% y advierte de posibles impagos a partir del mes de marzo ya que alegan que el servicio resulta deficitario.

Los trabajadores apuntan que la Xunta de Galicia y Sanidade tienen su parte de responsabilidad en este conflicto. Los sindicatos argumentan que en el momento en el que se licitaron los contratos la administración autonómica conocía el convenio colectivo y aún así adjudicó los contratos, que incluían significativas bajas con respecto al tipo de licitación.