La sesión plenaria de ayer en Moaña, que comenzó con la toma de posesión del nuevo edil del PSOE Carlos Juncal, fue un remanso de paz en su mayor parte hasta que se debatió el encargo a Aqualia, por un importe de 184.824,96 euros, del proyecto de un nuevo colector de aguas en la calle As Barxas para evitar, en un plazo de cuatro meses, los vertidos de fecales de varias viviendas particulares que ocasionan picos de contaminación y ponen en riesgo el sector marisquero. Todos los grupos anunciaron su voto a favor, pero el PP había abandonado la sesión cuando se sometió a votación el punto. Y es que el debate subió de tono y la alcaldesa, Leticia Santos, advirtió en dos ocasiones al edil José Manuel Juncal Gallego, del PP, y en tres al líder de los populares José Fervenza, que acabó expulsado de la sesión. El resto de ediles del PP le acompañaron abandonando el pleno y renunciando por tanto a defender la moción en la que tenían previsto pedir la reprobación de la propia regidora.

La escalada de tensión comenzó cuando Juncal Gallego acusó al bipartito de "irresponsable" por oponerse en mayo a una moción del PP que pedía subsanar los vertidos de fecales. "Acusáronnos de estar alarmando á xente". Alertó también de que pese a esta obra "os picos de contaminación poderán seguir, porque os veciños de Prado das Barxas falan tamén de casas mal conectadas".

Desde el gobierno local Odilo Barreiro (BNG) replicó recordando los puntos de vertido subsanados por el actual ejecutivo, tanto en el río Rialdarca como en el de A Fraga procedentes de las casas de profesores. Acusó al PP directamente de "coñecer estes problemas no goberno anterior e non mover un dedo". Marta Freire, del PSOE, se sumó a Barreiro a la hora de cargar contra el PP "por buscar titulares con estes verquidos cando había un compromiso de prudencia para non afectar ao sector marisqueiro". Desde BNG y PSOE aplaudieron la implicación del edil de XM, Javier Carro, "para solventar este problema" con discreción.

Cuando la regidora trató de contestar también a Juncal Gallego, éste reclamó su derecho de réplica. Fervenza acusó a la alcaldesa de "prepotencia" por advertir con expulsiones y, cuando fue expulsado, se fue asegurando que el gobierno local "é unha banda".

Mucho más tranquila y hasta emotiva fue la defensa por parte de vecinos de Meira pidiendo a los grupo políticos el inicio del expediente para nombrar al expárroco Manuel Duarte como hijo adoptivo de Moaña. El acuerdo incluye la concesión de la calle que pasa frente a la iglesia de esta parroquia con su nombre.

Todos los grupos se mostraron de acuerdo y el expediente, que instruirá la propia alcaldesa, se aprobó por aclamación y entre aplausos. "Dende o PP non existen fisuras neste apoio", dijo Juncal Gallego. Carro aplaudió que Manuel Duarte "colaborase para xuntarnos aos bateeiros na primeira cooperativa de Moaña". Freire defendió los "valores" que representó y que se echarían en falta "na Igrexa actual" y Odilo Barreiro puso en valor su larga lista de méritos y lo definió como un representante "daqueles curas de base que axudaron ao asociacionismo e ao idioma galego".