El cuerpo de José Luis Álvarez Martínez llegará al puerto portugués de Aveiro en aproximadamente una semana. Así se lo transmitió la empresa armadora del Madrus, el barco en el que falleció el miércoles tras un accidente, a la familia del marinero de Bueu, tal como confirmaron ayer fuentes familiares. Los allegados explican que la familia está "destrozada" por el trágico suceso y avanzan que quieren que se le practique la autopsia al cuerpo del marinero. "Queremos saber qué pasó y cuál es la causa real de su fallecimiento", afirmaban ayer.

El cadáver del marinero de Bueu fue trasladado en las últimas horas a otro barco propiedad de la misma casa armadora. Se trata del arrastrero Santa Cristina, de 80 metros de eslora, y que regresa hacia la localidad portuguesa de Aveiro, donde tiene previsto descargar las capturas de la última campaña en aguas NAFO. La previsión es que llegue a puerto dentro de una semana, según apuntaban ayer fuentes familiares.

La familia adelanta que solicitará que se le realice la autopsia después de las explicaciones recibidas por parte de los representantes de la armadora. Al parecer el marinero de Bueu recibió un fuerte golpe a la altura del hombro de una de las puertas de arrastre situadas en la popa del barco. Estas estructuras pesan varias toneladas y durante la maniobra están sujetas con un cable. Todo indica que en la madrugada del miércoles uno de esos cables falló y la puerta golpeó a José Luis Álvarez Martínez, según las explicaciones aportadas a su familia. Aunque aparentemente no sufría daños apreciables el marinero de Bueu falleció poco después en su camarote, lo que hace pensar que el impacto le provocó lesiones internas. "Queremos saber qué es lo que pasó y por qué no se le atendió de otra manera", apuntan las fuentes consultadas.

El accidente ocurrió a bordo del arrastrero factoría Madrus, un barco que faena en el caladero de Terranova de aguas NAFO. Es una embarcación con bandera de Estonia y operado por la armadora portuguesa Largispot y por el grupo estonio MFV Lootus. Sus capturas son comercializadas a través de la compañía IF Vigo, con sede en las torres del Club Financiero de Vigo, en la Avenida García Barbón.