El comprador Berto Lagoa se llevó ayer las primeras centollas de la campaña en la subasta de la lonja de Cangas, que empezó a las cuatro de la tarde, una hora antes que la de Bueu, y en la que se "colaron" también cuatro bogavantes. El comprador tardó su tiempo en recorrer todos los capachos con los lotes de la centolla de la ría de Vigo, dispuestos sobre las mesas en la sala de subastas. "Hay que ver que la tapa de la centolla sea dura y la vena esté roja", asegura mientras casi no levanta la cabeza de la mesa. Examinó pieza a pieza, primero en los capachos de las hembras, más cotizadas que los machos. "Hay buena calidad", asegura su padre e histórico comprador con puesto en la plaza de abastos de Cangas, respecto a las capturas del primer día y que hoy se venderán al público en los mercados, tras algo más de cuatro meses en veda, desde el 23 de junio. Otros en la lonja apuntaban, sin embargo, que la centolla no está en su mejor momento y hay que esperar.

Berto Lagoa fue quien realizó la primera parada en la subasta electrónica y marcó el precio más alto que se pagó por la centolla. Fue a 17,20 euros el kilo, algo menos que cuando arrancó la campaña el año pasado, marcada por una abundancia extraordinaria del marisco rey de las rías que llegó a 18 euros. Esta familia canguesa adquirió ayer 158 kilos de centolla del total de 639, 20 kilos que se pusieron a la venta procedentes de 13 barcos que faenaron en el frente del municipio y en caladeros que se ocultan unos a otros.

El sector se mostró satisfecho con el balance del primer día, tanto en cuanto a capturas, aunque algo menos que hace un año y con "mucha basura" de algas en los aparejos, como también en cuanto a precios, muy similares y solo algo ligeramente más bajos. Entre Cangas y Bueu se pusieron ayer a la venta 1.200 kilos de centolla, frente a los 1.800 del año pasado.

En Cangas se subastaron, en concreto 639,20 kilos por un importe total de 8.500 euros. El precio medio de la centolla fue, tal y como señala el gerente de la Cofradía David Fernández, de 13 euros el kilo.

El segundo lote del crustáceo se vendió en Cangas 2 euros más barato a 15,20 euros y fueron 152,4 kilos. La subasta se resolvió con un total de ocho paradas de los compradores, hasta llegar al precio más bajo que fueron 6 euros el kilo. Además de a 17,20 y 15,20 euros, hubo paradas a 14,50 euros, 12,10;11,30; 9,40; 8,20; y 6 euros. Fueron lotes más pequeños de 32,80 kilos; 21,60; 51,60;; 20,30 y 98,5 kilos, salvo uno de 103,50 kilos por el que se pagó 9,40 euros el kilo.

Hasta Cangas se desplazaron compradores de Vigo, caras habituales como Andrés Ferreira, de "Marisquea", que optó, sin embargo, por comprar en Bueu; José Luis Fontán, de "Mariscos Illas Cíes" de Cangas o Fernando Cruz, de "Mariscos Cruz" de Bueu, que se llevó uno de los bogavantes que se subastaron a 23,50 euros. Las restantes tres piezas fueron para el cesto de Berto Lagoa que pagó 28,23 euros el kilo por este marisco que ya asoma poco en las rías.

La subasta se prolongó unas dos horas y los marineros volvieron a sus casas tras una jornada que comenzó a las seis de la madrugada cuando salieron con sus barcos a recoger los aparejos en el mar. Pablo Vidal, de 33 años, faenó con su padre Manuel, marinero jubilado de altura en Malvinas, a bordo de la lancha "Machotiña". Regresaron al muelle de Cangas cerca de las dos de la tarde con algo de decepción. Para Pablo Vidal era su primera campaña de centolla como patrón, un arte que compagina con su oficio de percebeiro, aunque no era nada extraño para él puesto que ya acudió en otras ocasiones a bordo del barco de su suegro.

Cerca de su lancha, en el pantalán de Cangas, amarraba "Raquel", la lancha de su suegro, Álvaro Prieto, con los tripulantes a bordo Saúl Pérez y Jorge Figueroa. La jornada había ido bastante bien, pero se quejaban de "mucha basura" en los aparejos por la algas que todavía los vientos no han arrastrado plenamente a tierra.

Por lo que respecta a Bueu se capturaron unos 600 kilos, también menos que el año pasado, que fueron 939. El precio más alto fue a 16,20 euros el kilo y el más barato, a 6, resultando un precio medio de 10. Vendieron 16 barcos de los 25 que componen la flota y que buscaron otros puntos de venta. La valoración que realiza el patrón mayor y presidente de la Federación Provincial de Cofradías, José Manuel Rosas, es positiva porque el mar estaba duro y los primeros días suele ser de exploración. Respecto al precio reconoce que no fue malo, a la espera de lo que puede pasar en los próximos días y que es un buen inicio de campaña. Por otra parte, hace un llamamiento a la sensatez del sector para que descarte los ejemplares de menor valor comercial y rentabilizar la pesca de cara a la Navidad.

Emilio Pérez, patrón del Fervenza I, no estaba muy conforme con los resultados de esta primera jornada. "Collemos moi pouquiña, aínda que tampouco parece moi mala", señala, algo similar a lo que pudieron experimentar los hermanos Pepe y Manuel Dios, del Ven e Mira. "Estivemos pola Ría e hai menos centola, pero de calidade mellor que o ano pasado", sentencian.