"Negamos haber servido alcohol a menores". Así de tajante se ha manifestado el propietario de la cafetería Caramelo, Miguel Ángel Parcero, después de que la Guardia Civil notificase el lunes que estaba investigando a una mujer vecina de Cangas por un presunto delito de abandono de familia. Los hechos que desencadenan las diligencias se produjeron el 1 de noviembre coincidiendo con la fiesta organizada por el colectivo Mexicanos en Galicia en este establecimiento.

El dueño de Caramelo afirmó ser completamente ajeno al alcance de los hechos "hasta que lo vimos en la prensa" y quiso exponer su versión del altercado: "Una madre y su hija empezaron a pelear por una prenda de ropa, se tiraron de los pelos, y los que estábamos en la cafetería las separamos", explica. "Nosotros, inocentes completamente, llamamos a la Policía", prosigue. El incidente se produjo entre las nueve y las diez de la noche, cuando la fiesta por el Día de Muertos estaba llegando a su fin.

Una patrulla del Puesto Principal de la Guardia Civil de Cangas se personó en el lugar y pidió una ambulancia para poder trasladar a la menor al Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo que, según ratificó el personal médico, presentaba síntomas de un posible coma etílico. La madre y la hija se encontraban en el local acompañadas de otra menor, de 16 años de edad, y que también tenía síntomas de haber consumido alcohol. La madre de esta joven se personó en el lugar para encargarse de ella.

Tanto el local como Mexicanos en Galicia -colectivo promotor de dicha fiesta-, se desmarcaron de lo ocurrido: "Ellas no son mexicanas, son gallegas. En nuestra fiesta no había nada anormal, incluso hubo conexiones para una televisión", explicó la portavoz Julia Acevedo. Sí que advirtieron en la mujer "síntomas de estar muy bebida" y que la joven "entraba y salía del local". "La madre era la que estaba pidiendo la bebida en la barra", señalan.

El dueño de la cafetería adelantó ya que van a emprender medidas legales: "Nosotros vamos a defendernos, ya hemos contactado con abogados y vamos a presentar pruebas", explica. Estos movimientos responden al hecho que la Guardia Civil comunicase también que el dueño del establecimiento ha sido denunciado por una infracción administrativa a la Ley 11/2010, de prevención de consumo de alcohol a menores, por lo que se expone a una sanción de entre 3.000 y 15.000 euros.

Tras "el revuelo" causado en las últimas horas por la deriva que tomó una "pelea familiar", desde el local han reconocido que "tanto la madre como la hija implicadas en el altercado vinieron a junto de nosotros para trasladarnos sus disculpas.