El presidente de la Cooperativa de Vendedores Ambulantes de Pontevedra, Rubén Fernández, declaró ayer en el Juzgado Número 3 de Cangas en el marco de la operación contra el conocido como clan de Los Morones. Fernández consideró "totalmente falsos" los delitos que se imputan a Sinaí Giménez y parte de su familia, por presunto fraude y organización criminal.

El presidente de la cooperativa declaró que en unas reuniones celebradas en las dependencias sindicales de Pontevedra "todos los vendedores ambulantes acordaron, por unanimidad, la creación de varias cooperativas para poder salvar los puestos de trabajo de todos", dado que Marín y Pontevedra limitaban los puestos de venta ambulante en los mercadillos. Aseguró que en estas reuniones participaron también los "zamoranos" , de los que dijo que "estuvieron de acuerdo".

Alegó que algunos socios fundadores de las cooperativas eran precisamente gitanos zamoranos "y en ningún momento se vieron condicionados o coaccionados a crearlas o a formar parte de ellas". Asimismo, alegó ante el juez que "ni Sinaí Giménez ni nadie se beneficiaba económicamente de estas cooperativas, que solo habían sido creadas para defender los puestos de trabajo de todos. Aseguró que las declaraciones de los zamoranos sobre coacciones "obedecen a intereses viciados, movidos por odio y venganza de éstos porque Sinaí y su familia denunciaron en su día las agresiones que sufrieron en el mercado de Cangas después de ser golpeados por los zamoranos con barras de hierro". Pidió en su declaración el archivo de la causa.