La Consellería de Infraestruturas e Vivenda de la Xunta de Galicia ha salido al paso de las críticas vertidas por vecinos del lugar de Sabarigo, en Cela, en relación al proyecto para la mejora de la seguridad vial en la PO-551 a su paso por el acceso a la playa de Lapamán. Desde el departamento autonómico se asegura que la Axencia Galega de Infraestruturas aún no ha dado respuesta a ninguna de las alegaciones presentadas por vecinos y Concello de Bueu, sino que se encuentra en pleno proceso de recepción de propuestas para la mejora del proyecto. La Xunta subraya que atenderá "todas aquelas que sexan viables".

Los vecinos habían mostrado su malestar tras manifestar tener informaciones -sin resolución oficial- de que no se atendería ninguna de las alegaciones presentadas. Por ello plantearon a la Xunta que reconsiderase su postura y al concello que presionase para ello.

El proyecto de seguridad de la PO-551 en Lapamán contempla una actuación a lo largo de un kilómetro de este vial en uno de los llamados tramos de concentración de accidentes con la construcción de dos glorietas (una en el acceso a la playa y otra para facilitar el cambio de sentido), una mediana de un metro de ancho o la semaforización de pasos de peatones en dos puntos, entre otras cuestiones. Vecinos y concello han reclamado que la senda peatonal prevista por la Xunta entre el cruce de la playa y los límites con Marín se amplíe hasta Agrelo a fin de facilitar los desplazamientos de los vecinos por una zona especialmente conflictiva. Otras de las cuestiones solicitadas por los vecinos es la inclusión de un paso de peatones en el entorno del arenal y el mover una de las rotondas para facilitar la salida de vehículos desde Resille o bien reducir sus dimensiones.