Son tres averías de envergadura en las redes principales de abastecimiento en apenas 20 días y en todos los casos se registraron cortes en el suministro tanto en Pontevedra como en otros municipios que se abastecen del río, especialmente Marín. Esta semana se produjo la última de estas roturas en la conducción general que abastece al municipio marinense y al del Bueu, la segunda en el mismo punto tras la registrada el 29 de junio.

Ambas ocurrieron en la avenida das Corbaceiras, en la vieja galería de servicios que discurre bajo tierra por orillamar. En ambos casos rompieron tuberías que acumulan ya más de veinte años de funcionamiento, como recordaba la alcaldesa de Marín, María Ramallo, que se enfrenta por segunda vez este mes al problema de abastecer a sus vecinos, en especial a los de las zonas altas de Seixo, las más perjudicadas.

En medio de las dos averías en As Corbaceiras, se produjo el 10 de julio una tercera, a la altura del Estadio da Xuventude, que inundó esas pistas deportivas y dejó sin agua a numerosas calles de la ciudad, si bien se resolvió en pocas horas.

Más complejas son las reparaciones en As Corbaceiras, tanto por el mal estado de la galería de servicios, que incluso obliga a acceder a ella con máscaras y equipos de buceo, sino también por los efectos de las mareas, que inundan el pasadizo y dificultan las obras. Por ello, solo es posible trabajar en pleamar y la reparación de ayer se efectuó por turnos para agilizar al máximo la recuperación de la normalidad.

Marín ha logrado "salvar" en parte el suministro gracias a la puesta en servicio de una tubería alternativa ejecutada por la empresa pública Acuaes, dentro del plan general de abastecimiento a toda la ría. Con ella es posible llenar los depósitos y abastecer al casco urbano y al Puerto, pero aún resta una fase final que impide otorgar presión suficiente a determinadas traídas particulares.

Ramallo admitía ayer que "en horas punta apenas sale un hilo de agua por el grifo", en especial en Seixo. La alcaldesa de Marín explica que el primer reventón, el del 29 de junio, se debió al mal estado de las sujeciones de la canalización, que quedó desencajada, mientras que la de esta semana pudo deberse al aumento de demanda con la afluencia de turistas a la costa, lo que provoca un aumento de la presión. Desde el Concello de Pontevedra, encargado de reparar estas deficiencias, el concejal Raimundo González Carballo, coincidía en que las oscilaciones de presión pudieron provocar el último fallo.

Los efectos también se dejaron sentir en Bueu, aunque la población no llegó a quedar sin abastecimiento, según explica su alcalde, Félix Juncal. En este caso, el municipio se quedó sin suministro de agua desde Pontevedra el pasado lunes, pero fue posible mantener el servicio gracias a depósitos y manantiales propios. Además, en la madrugada de ayer sí se restablecieron, al menos parcialmente, los envíos desde la capital.

A mediodía de hoy

Las previsiones apuntan a que esta última reparación concluya a mediodía de hoy y estaba previsto trabajar toda la noche, pese a las dificultades que supone la marea

Esta sucesión de problemas se produce apenas un mes después de que el Concello de Pontevedra renovara la concesión, por 20 años más, a la anterior adjudicataria, Viaqua, que debe invertir en el próximo trienio unos 58 millones de euros en mejorar las instalaciones, si bien buena parte corresponde al saneamiento. En cuanto al abastecimiento, se apuesta por completar toda la orilla izquierda del río.

Además, a raíz de los fallos en la galería de servicios, el gobierno local encargó una revisión de todo el tramo de canalización del agua en orillamar, entre el puente de As Correntes y la desembocadura de Os Gafos. Ya se ha realizado una primera inspección que revela un estado deficiente. El nuevo contrato obliga a la empresa a asumir su mantenimiento.